Este controvertido personaje fue un importante caudillo
popular en diferentes momentos de la revolución mexicana.
A pesar de que el gobierno dictatorial de Porfirio Díaz lo
condenó a muerte, Francisco Villa transitó al siglo XX como guerrillero
proscrito de la ley atacando haciendas y robando a terratenientes a tal grado
que John Reed lo calificó como el Robin Hood mexicano, que repartía la riqueza
sustraída a los más necesitados.
Se unió al movimiento maderista desde 1909 por invitación
del gobernador de Chihuahua, Abraham González. Era para Villa y su grupo de
revoltosos una excelente oportunidad de redimirse legar y socialmente. Por eso
cuando inició la lucha armada a partir del 20 de noviembre de 1910, de acuerdo
a lo estipulado en el Plan de San Luis, la actuación de Pancho Villa fue
sobresaliente al enfrentar a las tropas federales sobre todo en la toma de
Ciudad Juárez. Convenida la revolución en este lugar y aceptada la renuncia de
Porfirio Díaz a la presidencia de México, Francisco Villa regresó a sus
actividades de comerciante y ganadero, pero poco tiempo después, ya en el
gobierno de Francisco I. Madero, participó combatiendo la rebelión de Pascual
Orozco.
Con recelo se unió a los carrancistas para vengar el cruel
asesinato de Francisco I. Madero y José Ma. Pino Suárez, su intervención
militar estuvo llena de coraje en la toma de Zacatecas y en la caída de
Victoriano Huerta. Posteriormente, estando consolidada la División del Norte,
Villa actuó con independencia y empezó a desarrollar un ejercicio de utopía
social y militar ya que desposeyó a los ricos latifundistas para repartir
tierras a los peones de las haciendas y construyó escuelas en Chihuahua
principalmente.
En 1914 se observa un distanciamiento de Francisco Villa con
Venustiano Carranza y la alianza del primero con Emiliano Zapata tal y como se
demostró en la Convención de Aguascalientes y en el Pacto de Xochimilco.
Concepciones diferentes acerca de lo que era una verdadera revolución matizaban
esta etapa de caudillismo y nacionalismo.
El centauro del norte no planteó un programa bien definido
pero en un manifestó que Villa dio a conocer en septiembre de 1914 proclamaba
su rompimiento con Carranza y exigía su destitución como jefe del ejército
constitucionalista; además expresó que ni él ni ninguno de los generales de la
división del norte ambicionaban, ni aceptarían el poder presidencial.
Propuso que los generales con mando designen a una persona
civil como presidente interino de México, que tenga la consigna de convocar
elecciones para establecer un orden constitucional y comience con las reformas
sociales y económicas que demanda la revolución.
En 1915 Álvaro Obregón y los constitucionalistas derrotaban
a los villistas en Celaya y León, con ello se inició el descenso del movimiento
popular de la División del Norte, Francisco Villa alternó en los años
siguientes entre el comercio y las incursiones guerrilleras como la que hizo en
Columbus, Nuevo México, en 1916, haciendo notable el fracaso de la expedición
punitiva al mando de John J. Pershing. En 1920 pactó con Adolfo de la Huerta y
se retiró a la vida privada durante el gobierno posrevolucionario de Álvaro
Obregón y el 20 de julio de 1923 fue emboscado y asesinado en Hidalgo del
Parral, Chihuahua, cuando la sucesión presidencial pintaba, con los verdaderos
triunfadores de la revolución, a favor de Plutarco Elías Calles. Con su muerte
Villa, al igual que Zapata, se convirtió en leyenda e icono de las causas
populares.
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