País de particular importancia porque abandonó el
socialismo, en el marco de las revoluciones de Europa Oriental, en forma
violenta. En 1965 Nicolae Ceaucescu llegó al poder en Rumania y estableció una
de las dictaduras más férreas en el ámbito de los países socialistas. Si bien
es cierto que dio a su gobierno un tinte nacionalista y sus relaciones con la
Unión Soviética eran distantes, a su pueblo lo sometió a una forma de vida que
requería esfuerzo en el trabajo y a una compensación limitada en la forma de
vida. Ante el mundo Rumania presentaba el rostro del desarrollo socialista.
Nicolae Ceaucescu |
En 1982 la economía rumana entró a una profunda crisis de la
que ya no se pudo salir. Las arbitrariedades administrativas, el gusto por los
proyectos gigantescos y la corrupción gubernamental afectaron la vida de los
sectores populares. Después de 1985 Nicolae Ceaucescu y la élite rumana
impusieron medidas a los ciudadanos como la prohibición del divorcio y del
aborto, multas a las parejas que no tenían hijos, reducciones de servicios
médicos y sociales y la prohibición de contactos con extranjeros. Los romanos
tenían como cárcel su propio país y por eso celebridades como Nadia Comaneci,
destacada gimnasta, decidió huir de Rumania y refugiarse en los Estados Unidos.
1989 fue un año decisivo para el pueblo rumano. Las
contradicciones económicas, políticas y sociales llegaron a la fase culminante.
Mientras los ciudadanos pedían pan y democracia sin sangre, el gobierno les
racionaba alimentos, gas, electricidad y medios de calefacción. La vida era
insoportable y la gente pronto se manifestó.
La rebelión que derrocó al dictador se inició en Timiosara,
ciudad de 400 000 habitantes. El 15 de noviembre de ese año hubo manifestación
de estudiantes y al día siguiente la gente volvió a la calle para exigir la
libertad del cura Laszo Tokés. La respuesta de la temible Securitate no se hizo esperar.
En diciembre las manifestaciones se hicieron más intensas.
La revolución de la navidad comenzó a mediados de este mes pidiendo la renuncia
del dictador Nicolae Ceaucescu. La televisión mostró al mundo a un gobernante
desencajado y sorprendido por los abucheos del pueblo rumano hacia él. En un
mitin en Bucarest Ceaucescu culpó a los extranjeros de interferir en la vida
tranquila del país.
Nadie le creyó y la violencia
se había desencadenado. Mientras el ejército se unía al pueblo, la Securitate
seguía reprimiendo disparando sobre las multitudes y la cifra e muertos
ascendió a más de 10 000.
La lucha concluyó con la victoria de las fuerzas
revolucionarias. Nicolae Ceaucescu y su esposa Elena intentaron escapar, pero
fueron detenidos y ejecutados el 25 de diciembre. El Frente de Salvación Nacional
tomó el poder en Rumania y se comprometió al ejercicio de la democracia, al
respeto a los derechos humanos y sobre todo a la reorganización de la economía
y al establecimiento de una vida decorosa para los ciudadanos rumanos. De esta
forma concluía la experiencia dolorosa
de abandono del socialismo en Rumania.
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