El Fauvismo
El fauvismo es un movimiento artístico surgido en Francia
cuya época de apogeo se puede situar entre 1905 y 1907. El término se debe al
crítico francés Louis Vauxcelles, quien denominó esta pintura como “fauve”, fiera en francés.
Se pueden establecer los primeros antecedentes del fauvismo hacia finales del
siglo XIX, particularmente en la obra de Paul Gauguin.
Este movimiento se reduce casi exclusivamente a la pintura,
aunque algunos autores también hablan de una música fauvista. El cuadro
inaugural del movimiento fauvista expuesto en 1905 es “Lujo, calma y
voluptuosidad”, de Henri Matisse, quien se convirtió en líder del grupo de
pintores “fauve” entre los cuales se encuentran Raoul Dufy, Albert Marquet,
André Derain y Roger de Vlaminck, junto con Cornelius van Dongen, Oton Friesz y
Georges Braque, quienes también tuvieron su faceta fauvista.
La pintura fauvista emplea exclusivamente el color como
elemento base de la obra; se trata de un color fuerte, violente, agresivo,
“fiero”. El espacio, las formas y el volumen, se crean a través del color, el
cual es arbitrario y se aplica de na manera no real; por ejemplo, las caras de
las personas representadas pueden ser verdes, azules o amarillas; las tintas
son planas y se suprimen las sombras, dándose el modelado de las formas
mediante el empleo del color. Algunas veces los colores son encerrados en
trazos gruesos, negros o muy oscuros, técnica que se ha denominado
cloisonnismo. En cuanto a la perspectiva, se tiende menos a la
tridimensionalidad y se busca el escalonamiento y superposición de planos.
Estas características de la Pintura fauvista se manifiestan en las obras de
Matisse como el “Gran interior rojo”, “Retrato de Margarita leyendo” y
“L’Algerienne”.
Gran interior rojo, Matisse |
Por lo que se refiere al contenido, no se le da importancia
a los temas, pues aunque se tiende hacia el paisaje o el retrato, no se busca
la observación psicológica ni se intenta captar los modelos naturales. Sólo se
persigue la exaltación el colorido lo más viva y “fieramente” posible; el color fuerte y
llamativo es la meta del cuadro.
En cuanto a las posibles conexiones con otros estilos
artísticos, el fauvismo podría situarse dentro de la línea expresionista, no
obstante, solamente tienen en común con ella el uso violento del color, pero el
expresionismo lleva consigo una intensa
carga emotiva y social que el fauvismo ni busca ni pretende. Ambos estilos
están relacionados únicamente por el uso y el abuso del color. Algunos
historiadores de arte observan en los trazos fuertes en que se encierran las
masas de color, una cierta herencia de Paul Gauguin en el empleo del
“cloisonnismo”. También se ha hecho referencia de influencia puntillistas, pero
sin buscar en la pintura fauvista el efecto de la luz y el color de los
neoimpresionistas.
Aunque la época de apogeo del fauvismo fue realmente corta,
tiene mucha importancia en el desarrollo de la pintura de principios de siglo,
a pesar de que algunos artistas se apartaron de la línea inicial y pasaron a
ser figuras destacadas de otros movimientos, como Braque del Cubismo o Friesz y
Van Dongen del Expresionismo.
El Expresionismo
A principios del siglo XX, el término Expresionismo era
utilizado para referirse, indistintamente, a cualquier tendencia vanguardia.
Más tarde adquirió un sentido general que definirá las obras con temas sobre
estados mentales, representados con fuerza tal que se distorsiona la apariencia
normal de las cosas u las personas. Las obras expresionistas muestran una
inspiración violenta, espontánea, rebelde y apasionada, característica de
muchos artistas nórdicos. Finalmente se designó como Expresionismo, ya de un
modo preciso, la corriente del arte contemporáneo que nació a finales del siglo
XIX con Vincent van Gogh, James Ensor y Edvard Munch, como una expresión de la
interioriad de la conciencia, de estilo vehemente fundado en deformaciones voluntarias
de la naturaleza, en el cual permanecen la angustia y el simbolismo.
El pintor noruego Edvard Munch fue la personalidad más
influyente en el inicio del movimiento
expresionista alemán. Formado en el academicismo, se vio influido por la obra
de Daumier, Van Gogh y Gauguin. La pintura de Munch rechazó los temas neutrales
del impresionismo para entregarse a la expresión de estados de ánimo
subjetivos, con frecuencia morbosos, que tienen como finalidad explorar el
mundo interior de la conciencia humana. Sus temas fueron casi siempre la
enfermedad, el alcoholismo, la soledad de la adolescencia y de la vejez, la
ansiedad la decepción y la angustia, temáticas, que agrupó bajo el título de “El
Friso de la Vida”. Las características fundamentales de su obra son el uso de
grandes masas, el predominio de la línea, el contraste violento de colores y la
expresividad extrema de rostros y actitudes, evidentes en obras como “El grito”,
“La muerte en la habitación” y “Al día siguiente”.
El friso de la vida, Munch |
El expresionismo alemán, cuyas bases se encuentran en la
obra de Munch, se desarrolló en Dresde a partir de 1905 con el grupo Die Brücke, en español “El Puente” ,
porque sus fundadores querían vincular el arte alemán del pasado con el del
futuro; iniciaron el movimiento cuatro estudiantes de arquitectura:
Ernst-Ludwig Kirchner, Eric Heckel, Fritz Bleyl y Karl Schmidt-Rottluf, quienes
se dedicaron a la pintura, litografía y grabado en madera, porque con estas
técnicas podían expresar con mayor plenitud sus sentimientos, a la vez que se
rescataba al grabado que se había utilizado en Alemania mucho tiempo atrás.
Los artistas de “El puente” abordaron diversas temáticas
relacionadas con la sociedad y la política de su tiempo, empleando colores
violentos y sintetizando las formas en sus obras, trabajaban con un sentido
urgente de creatividad, con mucha prisa para dejar listo el cuadro. Utilizaban
el tema del cuadro para comunicar sus sentimientos intensos y no dudaban en
deformarlo hasta que conseguían el efecto deseado. En este aspecto eran
parecidos a los artistas fauvistas, pero se negaban a reconocer ninguna
influencia. Sus pinturas se parecen también a la obra de los cubistas en el
hecho de tener muy poco fondo o perspectiva.
En 1910 el pintor ruso Wassily Kandinsky se unió a algunos
pintores de Die Brücke para formar un
nuevo movimiento denominado Der Blaue
Reiter, en español, el Jinete Azul. Este segundo movimiento del
expresionismo alemán se hizo pronto internacional, porque en 1910 los
movimientos del nuevo arte se difundían rápidamente por Europa. Los artistas
del Blaue Reiter estaban en contacto
con los cubistas y futuristas y conocían lo que se estaba haciendo en otras
partes de Europa; tenían su propia publicación, Der Blaue Reiter, en el cual Kandinsky, Franz Marc y Paul Klee
escribieron extensamente sobre el proceso que los llevó a pintar en su estilo
propio. El Jinete Azul aportó las bases para la abstracción apoyándose en la
sensación producida por el color, las líneas y las figuras geométricas
relacionadas con la música.
Se añaden a estos dos grupos
de expresionistas alemanes los artistas independientes como Kokoschka,
Beckmann y Grosz. Los pintores expresionistas alemanes fueron objeto de
persecuciones y prohibiciones por parte de los nazis durante la década de los
30 y 40, los cuales lo clasificaron como artistas degenerados; sus obras fueron
destruidas y muchos de ellos tuvieron que huir al exilio.
En Francia, el expresionismo no fue nunca un movimiento coherente,
sino un estado de ánimo común entre algunos pintores que trabajaban en forma
aislada: Rouault, Gruber, Gromaire, Chagall y Soutine. En Italia, el
expresionismo dio un pintor genial y singular, Modigliani. En España han
existido pintores que, partiendo de cases culturales diferentes, se han
aproximado al expresionismo: Picasso en algunas de sus etapas, Isidre Nonell,
José Gutiérrez Solana y Rafael Zabaleta. En México, un gran pintor muralista
considerado dentro del expresionismo fue Diego Rivera.
Reapareció el expresionismo tras la Segunda Guerra Mundial,
adoptando formas abstractas en la Escuela de Nueva York, cuyos representantes
fueron: Pollock, Kline, Gorky, De Koonig y otros más. Este movimiento en ese
entonces recibió el nombre de Expresionismo Abstracto.
El Cubismo
Las retrospectivas de dos de los principales representantes
de la vanguardia del siglo XX, Paul Gauguin y Paul Cézanne, realizadas en 1906
y 1907 respectivamente, ofrecieron a la investigación artística nuevas fuentes
de estímulo e inspiración, especialmente la moda primitivista que, bastante
difundida entre los grupos artísticos de vanguardia, impulsó a pintores como
Henri Matisse y Pablo Picasso a estudiar las colecciones etnográficas de los
museos de París, e incluso a reunir ellos mismos colecciones de máscaras y otros
objetos primitivos procedente de África o de las islas del Pácifico.
En esta atmósfera estimulante y creativa fue donde Picasso realizó
la que generalmente se define como la primera pintura cubista, “Las Señoritas
de Avignon” (1907). En esta pintura, las figuras femeninas se reducen a formas
geométricas elementales, mientras que para representar sus caras Picasso se
inspira en la escultura ibérica primitiva y en las máscaras africanas. La
descomposición de los distintos elementos del cuerpo humano sobre la superficie
de la tela refleja un concepto absolutamente original de la representación
pictórica.
Las señoritas de Avignon, Picasso |
Entre 1908 y 1914 Picasso y el pintor francés Georges Braque
trabajaron en estrecha colaboración, realizando naturalezas muertas y retratos
en los que, poco a poco, se fueron definiendo las características distintivas
del Cubismo. Modificando de raíz la relación que tradicionalmente existía entre
el mundo tridimensional de la realidad y su representación sobre la superficie
de la tela, el Cubismo rechaza la ilusión del espacio como elemento necesario
de la imaginación pictórica. Sin embargo, Picasso y Braque no supieron o no
quisieron explicar al público el significado profundo de su invención.
Racionalmente frío, resultado de una
actitud elitista y ene l fondo reaccionaria, la pintura cubista se dirigió de
forma deliberada a un público de iniciado o con una cierta preparación
suficiente para comprender las intenciones implícitas en la pintura de Picasso
y Braque.
El método para representar el volumen y el espacio utilizado
en Cézanne, consistente en simplificar las formas naturales en un mosaico de
colores en el que el espacio queda como solidificado, constituye la base de las
primeras investigaciones cubistas de Braque y Picasso sobre la representación de
las formas tridimensionales dentro de la superficie plana de la tela. A diferencia de los fauve, Braque
y Picasso evitan los contrastes demasiado violentos de color, desarrollando imágenes
casi monocromas. Esta primera etapa del cubismo se encuentra bajo la influencia
de Cézanne y comprende el lapso entre 1907 y 1909.
Hacia 1910, las representaciones hechas por Picasso y Braque
se habían segmentado en una serie de fragmentos que prescinden completamente de
la tridimensionalidad del motivo, representado ahora como si estuviera paralelo
al plano de la imagen. En esta segunda fase del cubismo (denominada Cubismo
analítico por el pintor español Juan Gris) la imagen ya no es representación,
expresión o símbolo de la naturaleza muerta o de la persona, sino un tema
válido por sí mismo. Algunas obras son: “La fábrica de Horta de Ebro” y “Naturaleza
muerta con periódico” realizadas por Picasso, y “Paisaje de l’Estaque” y “El
Portugués”, de Braque.
Al llegar al umbral de la abstracción en 1913, Picasso y
Braque se retractan, conscientes de que el cubismo analítico presentaba ciertos
inconvenientes; uno de los principales era la pérdida de la homogeneidad y de
la densidad del objeto, de ahí el riesgo de afectar a la identidad del mismo.
Para resolver esta problemática, Picasso y Braque subrayaron la relación entre
la imagen y el mundo mediante la inclusión en sus obras de sobres estampados y,
más adelante, con objetos reales como páginas de periódico, partituras
musicales, hojas de papel pintado e incluso galletas; las obras de este tipo ya
no se definen como pinturas sino como cuadros-objeto. A esta tercera fase,
denominada Cubismo sintético, pertenecen “Naturaleza muerta con una botella de
marrasquino” y “Naturaleza muerta con violín” de Picasso, y “Guitarra y
clarinete”, realizada por Braque.
Guitarra y Clarinete, Braque |
Las posiciones radicales asumidas por Picasso y Braque
ejercieron una enorme influencia sobre las nuevas generaciones e pintores. El
término cubismo fue utilizado por primera vez con referencia a la exposición
parisina (1911) de un grupo de artistas que se inspiraron en Picasso y en
Braque. Sin embargo, ambos iniciadores se mantuvieron siempre apartados, sin
participar en ninguna de las muestras cubistas que contribuyeron el nuevo
estilo por Europa.
Otros pintores cubistas como Robert Delaunay, Fernand Léger
y Marcel Duchamp, desarrollaron importantes investigaciones sobre el empleo del
color, intentando suscitar en sus obras lo que el crítico Guillaume Apollinaire
definió como “un puro placer estético”. El mismo Apollinaire acuñó para este movimiento
el término de Orfismo basándose en el trasfondo musical y poético de las obras
realizadas por esos pintores. Sus factores clave son la pintura pura utilizando
tan sólo el color y la luz, sin necesidad de crear formas objetivas o coherentes.
Estas características del Orfismo constituyen la base de la Abstracción.
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