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Consecuencias de la Primera Guerra Mundial


La Primera Guerra Mundial ocasionó grandes pérdidas materiales y humanas, modificó el mapa de Europa y cambió la forma de ver la vida a quienes sobrevivieron los horrores del conflicto bélico.

El costo humano fue muy elevado pues de 13 a 15 millones de seres humanos dejaron de existir. Muchos de los muertos quedaron en el campo de batalla sin ser sepultados provocando epidemias como la peste. Sin embargo y a pesar del desarrollo de la medicina en tiempos de guerra, otra enfermedad que causó temibles estragos en el mundo fue la gripe o influenza española que quitó la vida a cerca de 27 millones de personas.

Los millones de heridos físicos y los horrores de la guerra de quienes la vivieron en los frentes de batallas han quedado con traumas psíquicos, depresiones y agudos desequilibrios mentales. La juventud se volvió escéptica sin aliciente para seguir viviendo.

En el terreno de lo político la guerra y los tratados de paz produjeron grandes cambios, sobre todo en Europa, pues si antes de la contienda armada existían 9 monarquías y 3 repúblicas, para 1922 había 14 con sistema republicano. Desaparecieron la dinastía Hohenzollern en Alemania, la de los Habsburgo en Austro- Hungría, la Romanov en Rusia y la de los Ozmán en Turquía.

Los cambios territoriales obligaron a modificar el mapa mundial. En Europa aparecieron como nuevos países Polonia, Yugoslavia, Checoslovaquia y Hungría del antiguo imperio austro-húngaro. De la Rusia zarista se conformaron estados como Finlandia, Letonia, Lituania y Estonia. Adoptaron como sistema de gobierno la República.

Turquía también se convirtió en República y de la península arábiga, del antiguo imperio Turco, nacieron Siria, Transjordania, Palestina e Irak, quedando bajo la tutela anglofrancesa. Esto último ra una verdadera contradicción ya que algunos países como Egipto y la India, que ayudaron a Inglaterra a derrotar a Alemania, no se explicaban por qué la Entente ayudó a Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Yugoslavia a lograr su independencia, mientras que ellos, indios y egipcios, al término de la guerra debían de regresar a su condición de sometimiento ante el imperialismo británico.

Por otro lado los cambios científicos fueron notables. En el campo de la medicina se produjeron antibióticos, sueros, la penicilina y las drogas utilizadas para calmar dolores. Sirvieron para curar a millones de heridos en los campos de batalla. Lamentablemente también se perfeccionaron armas como el tanque de guerra, la aviación, el submarino y la energía nuclear que culminaría con la fabricación de la bomba atómica.



Las pérdidas materiales fueron cuantiosas y unos gastos de guerra sin precedentes –cerca de un billón de marcos oro van a provocar que Europa ceda su puesto hegemónico en el mundo a los Estados Unidos. Europa se debilita no solamente por el número de bajas y por los gastos bélicos, sino también por las destrucciones causadas en campos, fábricas y edificios; por la pérdida de barcos, el desgaste de material de transporte y de maquinaria de fábricas que trabajaron a pleno rendimiento sin apenas reparaciones y, en fin, por las enormes deudas contraídas internacionalmente para poder hacer frente a la compra de alimentos y materias primas con unos presupuestos claramente deficitarios. Europa tomó como medidas repatriar capitales, suspender inversiones en el extranjero y recurrir al apoyo financiero de los Estados Unidos que se ha consolidado como primera potencia económica mundial.
La guerra produjo el desequilibrio económico de países de la Entente y de la Alianza. La devolución de monedas como el marco alemán y el franco francés se manifestó de manera notable, quedando en cambio, el dólar norteamericano en una posición privilegiada. La cuestión económica era desastrosa en los años de la posguerra, los productos alimenticios escasearon repercutiendo en el encarecimiento de la vida. Por tanto la recuperación económica fue lenta y difícil con crisis intermedias que anunciaron la depresión mundial de 1929.

El Tratado de Versalles



Existe un cuadro de William Orpen que representa la firma del tratado de Versalles el 28 de junio de 1919. En él aparecen personajes de países vencedores y naciones vencidas de la primera contienda bélica mundial concluida un año antes. El marco que adorna esta escena es impresionante; el salón de los espejos en el palacio de Versalles, Francia, donde se hacían las fiestas y banquetes dignos de reyes en otro tiempo.

El tratado que se firmó en Versalles también era otra fiesta pues los vencedores impusieron condiciones y castigos a los derrotados de la guerra. En tal virtud la mayoría de los historiadores considera que el tratado de Versalles, con el que oficialmente concluía la Primera Guerra Mundial, establecía duras condiciones de paz. La historia del documento inició en enero de 1919 con la celebración de la conferencia de paz en Versalles y concluyó en junio de ese año con la aceptación de un tratado que consta de 440 artículos. Para los escépticos, Versalles significaba la paz que nunca existió, para los optimistas, representaba la alternativa para lograr una paz duradera, quizás también imperfecta, en un mundo  que había sido convulsionado por una conflagración internacional.

El tratado tiene como antecedentes los catorce puntos propuestos por el ejecutivo norteamericano Woodrow Wilson, el mensajero enviado por los cielos desde la otra parte del mundo, insistió en que el tratado de Versalles debía comenzar con el pacto de la Sociedad de Naciones”. En este sentido, la paz que se acordó en Versalles matiza la naturaleza de un organismo de seguridad internacional que pronto se había de constituir en el marco de un capitalismo triunfante, comandado por Estados Unidos como el nuevo rico del mundo.

Woodrow Wilson

En la segunda y tercera partes del tratado de Versalles se impuso a Alemania la ratificación de fronteras y la cesión de Alsacia y Lorena a Francia. En el apartado cuarto se le obligó, como en todo el documento, a renunciar a las posesiones coloniales. En la parte quinta del tratado se le impuso la reducción de su ejército y la desmilitarización regional.

Por otro lado en los apartados sexto y séptimo se determinó la situación de los prisioneros de guerra y la entrega de los criminales de la conflagración para ser juzgados por un tribunal internacional. Finalmente, en los enunciados, del octavo al decimocuarto, Alemania aceptó pagar las indemnizaciones para reparaciones de guerra, entrega de la flota mercante y de material ferroviario.
“En realidad el tratado de Versalles sólo establecía la paz con Alemania. Diversos parques y castillos de la monarquía, situados en las proximidades de París dieron nombre a otros tratados: Saint Germain con Austria; Hill Trianos con Hungría; Sevres con Turquía y Neuilly con Bulgaria. Efectivamente la paz de Versalles puede considerarse como un salto cualitativo y de posible alcance mundial, porque hasta entonces los tratados de paz de guerras anteriores eran regionales  o abarcaban solamente estados nacionales en conflicto. A pesar de todo el futuro de la paz de Versalles, como acto de buena voluntad, será cuestionado y refutado por Alemania e Italia principalmente en las dos décadas siguientes.

La Sociedad de Naciones



Se ha dicho antes, que el proyecto de crear una Sociedad de Naciones, para actuar por la paz en el mundo posbélico, fue elaborado por el presidente norteamericano Thomas Wodrow Wilson y aceptado por las potencias europeas, Inglaterra y Francia, triunfadoras de la Primera Guerra Mundial.
Su conformación, a partir de lo acordado en Versalles, debe considerarse como producto de una concepción de paz necesaria y paz forzada en su época. Sí, una paz mundial, con deficiencias y expectativas ilusorias, con el reto mayor de impedir otra contienda bélica internacional.
La Sociedad de Naciones se creó para garantizar el nuevo orden mundial después de 1919 y para regular los conflictos entre las naciones. La sede acordada fue Ginebra, Suiza y sus miembros se comprometieron a apoyarse mutuamente. Se organizó así:

  • La Asamblea, integrada por representantes de todos los países miembros, debía de entenderse de cualquier asunto que afectara la paz en el mundo.
  • El Consejo formado por representantes de las principales potencias y por delegados de otros cuatro países miembros, también podía tratar cualquier asunto relacionado con la paz mundial.
  • La Secretaría, representada por el secretario general de la sociedad de naciones, registraba los tratados, recopilaba información y ejecutaba las labores diarias de la liga.
  • La Corte Mundial o Corte Permanente de Justicia Internacional, escuchaba y decidía en cualquier disputa de carácter internacional.

Su objetivo primordial fue mantener la paz en el mundo como hoy lo es para la ONU. Pero de que manera se podría castigar la Sociedad de Naciones a quienes violasen la paz. Es importante saber lo permitido y lo vedado a la Liga de las Naciones. Podía discutir cualquier asunto que afectara la paz mundial, hacer recomendaciones, amonestar a un país para que suspendiera sus actividades bélicas y servir a manera de foro en donde las naciones pudieran cambiar ideas. No podía intervenir en asunto de trascendencia sin el conceso del consejo o de la asamblea; ni dictar leyes de naturaleza obligatoria para todos los países; ni apoyar sus decisiones con fuerza militar, a no ser que los países miembros estuvieran dispuestos a suministrar tropas y armas; ni actuar como autoridad superior dentro de los países.

Con estos principios y organización comenzaba la difícil existencia de la Sociedad de Naciones. Iniciaba sin la presencia directa de los Estados Unidos. Hay quien opina que el tratado de Versalles no podía sr la base de una paz estable, que estaba condenado al fracaso desde el principio y que por lo tanto, el estallido de una nueva guerra era prácticamente seguro. En igual sentido se auguró a la Sociedad de Naciones. Es evidente que al estallar la Segunda Guerra Mundial en 1939 la liga dejó de existir; pero hay que enfatizar que durante veinte años, es decir, en dos décadas a partir de 1919, el mundo estuvo más en paz que en guerra a pesar de las invasiones de Italia a Etiopía y Albania, de Alemania en Europa y de Japón en China.