Escribe el tema que estas buscando

El arte griego


Antecedentes

En las islas del Mar Egeo, hacia el tercer milenio a.C., floreció una brillante civilización, la más antigua de Europa, a la que se designa con el nombre de civilización egea debido a que se ubicó en las costas e islas del mar Egeo. Esta civilización comprende tres principales culturas: la minoica o cretense, la micénica y la troyana.

Las culturas o civilizaciones egeas realizaban un comercio intensivo con varias regiones de Medio Oriente, como Egipto y Siria. Esta civilización llegó a su máximo esplendor a mediados del segundo milenio a.C., pero su desarrollo fue interrumpido por las invasiones de pueblos de origen indoeuropeo, procedente del norte, que conquistaron toda la cuenca del Egeo. Dicha conquista fue realizada lentamente durante los últimos siglos de ese milenio; en ella intervinieron diferentes grupos, como aqueos, jonios, eolios, dorios, pero a todos esos invasores se les aplicaba el nombre genérico de griegos o helenos.

A consecuencia de esas invasiones, se produjo un retroceso cultural que ocasionó un verdadero eclipse de la civilización egea. Posteriormente los griegos serían continuadores de esta tradición egea, creando una maravillosa civilización que asentaría las bases de las civilizaciones occidentales.

Cada una de las tres esculturas egeas produjo notables manifestaciones artísticas que no pueden pasar inadvertidas. Creta nos ha dejado maravillosos palacios como el de “Knossos”, en lo que se emplea la columna egea, parecida a la dórica griega; pinturas murales que representan, con un rico cromatismo, las costumbres y la forma de vivir de los habitantes de la isla de Creta y una cerámica de estilo distintivo que muestra en su superficie escenas de la fauna marina: es la llamada cerámica de Kamarés. Micenas construyó enormes fortalezas y majestuosos palacios en su interior; desarrolló una construcción denominada Megarón, que sería tomada como antecedente del templo griego, y las tumbas de la colmena como el “Tesoro de Atreo”. En Troya desgraciadamente no han sobrevivido muchas muestras de su cultura, salvo algunos restos de la fortificación.

Knossos


La civilización griega

El surgimiento de la civilización griega se produjo entre los siglos IX y V a.C., cuando las distintas regiones del Peloponeso recuperaron el empuje que habían perdido como consecuencia de las invasiones indoeuropeas. Se renaudaron los contactos con el exterior, creció la actividad económica, aumentó rápidamente la población y más tarde darían comienzo las grandes colonizaciones que representaron el fortalecimiento político, económico y social de la cultura griega. Las viejas oligarquías integradas  por los nobles griegos del siglo VII se encaminaron al establecimiento de sistemas políticos evolucionados que posteriormente darían origen a los regímenes democráticos en el siglo V a.C.

Se definió también el marco sociopolítico en que se desenvolvía la vida en Grecia, la polis o ciudad-estado entendida como una entidad política y geográfica, independiente y autónoma que compartía los rasgos culturales de todos los pueblos griegos.

El máximo esplendor de Grecia alcanzó hasta el siglo V a.C. tras haber derrotado a los persas y consolidado un sistema democrático de gobierno. Este periodo es conocido con el nombre de Helénico.

El pensamiento filosófico que prevaleció durante el periodo helénico está determinado por tres ideas principales: humanismo, idealismo y racionalismo. En el Humanismo se concibe al hombre como la medida de todas las cosas y la maravilla más preciosa de la naturaleza. Los dioses griegos: Zeus, Hera, Apolo, Atenea, Afrodita y Poseidón, son parecidos a los humanos en sus defectos y vicios pero son inmortales. Al ser los dioses más humanos se podían considerar también divinos.

El idealismo según los griegos es la realización plena que va más allá de la observación real, que busca un concepto cercano a la perfección. El realismo representa a las cosas como son y el idealismo como debieran de ser. El orden ideal podía ser captado por la mente a través de los sentidos, según el filósofo Platón.

Arte Helénico

La Arquitectura

La arquitectura griega encontró su máxima expresión en los templos, edificios que podían ser de planta rectangular o circular, con columnas alrededor formando el peristilo. En el interior, en el espacio de la cella, se localizaba la imagen del dios o la diosa al que estaba dedicado, y en un espacio adyacente, llamado opistodomo, se encontraban las ofrendas o tesoros. Las columnas utilizadas, tanto en el interior como en el exterior del templo, eran el elemento esencial y lo que permitía distinguirlos entre sí por su estilo, a lo que también se le llama orden arquitectónico. Las columnas podían ser de orden dórico, jónico o corintio.

La columna es un soporte cilíndrico colocado verticalmente, formado por lo regular de tres partes: una basa, un fuste y un capitel, que sirven para sostener el entablamento formado por el arquitrabe y el friso.

El fuste es un elemento cilíndrico que se encuentra entre la basa y el capitel. Puede ser liso o con acanaladuras llamadas mediacañas, creando una textura mediante aristas.

El capitel es el elemento de unión entre el soporte vertical o columna y la estructura horizontal superpuesta llamada entablamento. Se encuentran por encima del fuste.

El entablamento está formado por un arquitrabe que puede tener molduras y relieves escultóricos, y un friso que puede ser liso, escalonado o con relieves. Por encima del todo entablamento se localizan la cornisa saliente y la cornisa inclinada que forman un triángulo al que se le denomina frontón, el cual suele tener relieves escultóricos que relatan pasajes mitológicos.

En el orden dórico la columna tiene siete módulos o diámetros como máximo de altura, capitel sencillo de equino y el friso adornado con metopas y triglifos.

En el orden jónico la columna tiene nueve módulos de altura, el capitel adornado con grandes volutas, arquitrabe escalonado, friso liso y dentículos en la cornisa.

En el orden corintio la columna tiene nueve módulos de altura, el capitel con hojas de acanto, arquitrabe escalonado y friso con relieves escultóricos.

Un rasgo muy importante de la arquitectura es su perfecta armonía con elementos escultóricos realizado en relieves en los frisos y frontones de los templos. Son un ejemplo de tal armonía los mármoles del “Partenón de Atenas” localizado en la Acrópolis, obra del gran escultor Fidias.

Partenón de Atenas


Las creaciones más maravillosas de la arquitectura griega en sus diversos estilos surgieron en la Atenas del siglo V a.C., en la colina sagrada de la Acrópolis. Dichas obras son: el “Partenón”, dedicado a la diosa Atenea, el “Erecteón”, dedicado al Héroe Erecteo y la “Atenea Niké”.

Además de la arquitectura religiosa dedicada a sus dioses, los griegos construyeron distintos edificios de carácter civil para ser utilizados y disfrutados por todos los ciudadanos.

El teatro

Es una construcción destinada a las representaciones de drama: la tragedia y la comedia. Tiene planta semicircular y comprende tres partes:

Las graderías o cávea, talladas en la roca y dispuestas en semicírculos escalonados.

Un espacio circular llamado orquesta, al que convergían las gradas y dentro del cual actuaba el coro.

El escenario, localizado frente a la orquesta donde actuaban los actores.

El odeón

En su forma de se parece al teatro per oes de menores dimensiones y se construye dentro de un espacio rectangular cerrado. En él se realizaban audiciones musicales.

La palestra

Espacio construido para realizar ejercicios físicos y para la preparación de los atletas. Es un edificio de planta rectangular con patio central descubierto y habitaciones alrededor de él

El estadio

Es una construcción de planta alargada con gradas alrededor de una pista central localizada en la parte más baja. En este sitio se realizaban los encuentros deportivos y las luchas de pugilistas.

El hipódromo

Por su forma muy parecido al estadio, con la diferencia de que esta construcción se observa una espina o muro bajo que divide la pista en dos espacios, para permitir que los carros y los caballos pudieran dar la vuelta.

En toda ciudad griega existía un amplio espacio abierto en donde se reunía la Asamblea conformada por todos los ciudadanos griegos. Este espacio es conocido con el nombre de Ágora, en torno al cual se construía un pórtico con columnas y tiendas llamado Stoa.

La escultura

Las obras más antiguas de la escultura griega (siglos VIII, VII y VI a.C.) muestran un arte incipiente  y primitivo. Los ejemplares más antiguos son imperfectas imitaciones del natural: figuras sin expresión, con las extremidades pegadas al cuerpo formando una sola pieza y generalmente realizadas en madera. Se les denomina xoanas. Las figuras más repetidas por los escultores primitivos son las de jóvenes atletas, que se supone fueron la representación escultórica de Apolo. Estos Apolos arcaicos realizados en piedra, llamados Kuros, tienen una enorme similitud con las esculturas egipcias por su composición formal. La versión femenina de los kuros recibe el nombre de kores.
Los grandes escultores de la primera mitad del siglo V a.C. fueron Mirón y Polícleto, quienes trabajaron especialmente en bronce. “El Discóbolo” de Mirón revela ya el pleno dominio de la forma y el movimiento y afirma la completa emancipación de la rigidez y dureza del periodo anterior. A mediados del siglo V a.C., apareció Fidias en Atenas, autor de los mármoles del Partenón y de las más impresionantes obras (hoy desaparecidas) dedicadas a la diosa Atenea. El escultor Polícleto, también del siglo V a.C., logra, con sus esculturas del “Doríforo” y el “Diadúmeno”, establecer el canon o modelo de perfección de la figura humana, donde se busca relacionar las partes con el todo de la figura.

El discóbolo


Los grandes representantes de la estatuaria griega posterior a Fidias fueron Praxíteles, Lisipo y Scopa de paros. Las obras más importantes que realizaron son “Hermes y Dionisos niño”, el “Apolo de la lagartija”, el “Ares Ludovisis” y el “Mausoleo de Halicarnaso”. Con ellos se afianzó la maestría de la forma y la superior habilidad para reproducir en el mármol o en el bronce, hasta en sus menores detalles, toda la belleza del cuerpo humano masculino y femenino. Además, sus estatuas revelan una fuerte vida interior, que hasta entonces había sido ahogada por la serenidad y la calma que caracterizó a la estatuaria de Fidias y de Polícleto.

La pintura y la cerámica

En los siglos VI y V a.C. lograron un notable desarrollo como consecuencia del perfeccionamiento en el trazado de los dibujos decorativos de los vasos. Los ceramistas de esa época lograron dar, en sus dibujos coloreados, la impresión del contraste de luces y sombras, valiéndose del diferente espesor de las sustancias colorantes aplicadas. Así se lograron vasos con dibujos en negro sobre fondo rojo, vasos con dibujos en rojo sobre fondo negro y vasos con dibujos policromos. En la pintura de los vasos, los artistas fueron haciéndose cada vez más expertos en la técnica del dibujo, del color y de la composición. De este modo la cerámica preparó el camino a los grandes pintores que surgieron en 
Grecia en los siglos VI y V a.C.: Polígnoto, Apolodoro, Zeuxis y Parrasio.

Desgraciadamente, todas las obras pictóricas dispersas en las paredes de los monumentos públicos, se han perdido, y sólo puede apreciarse lo que estás obras significaron a través de las descripciones de los escritores de la antigüedad clásica. Gracias a éstas se conocen las innovaciones y progresos realizados por los griegos en materia pictórica, consistente fundamentalmente en la perspectiva y el claroscuro y la introducción de la técnica de la encáustica, que consiste en una pintura mural que utiliza cera para fijar los pigmentos sobre el muro y dar un efecto de brillantez.

Período Helenístico

El período Helenístico, que comprenden desde el año 330 hasta el 30 a.C., está determinado por la expansión de la cultura griega en Asia Menor y Egipto, y por el asentamiento de centros políticos y culturales lejos de Grecia continental, en las regiones costeras del Mediterráneo. Esta expansión fue promovida por las campañas de Alejandro Magno, originario de Macedonia, que conquistó en pocos años el reina persa y avanzó hasta la India. La conquista de territorios fuera de las fronteras de Grecia significó la fusión de la cultura griega con la civilización oriental, resultando con ello un nuevo estilo artístico denominado helenístico.

Después de la muerte de Alejandro, acaecida en el año 323 a.C., el imperio se disgregó en muchas monarquías aisladas entre las que destacan Egipto bajo los Ptolomeos, Siria bajo los Seléucidas, Pérgamo bajo los Atálidas y Macedonia. Años más tarde, Roma irrumpió como nueva potencia que poco a poco se anexó los estados de la Magna Grecia hasta su asimilación total en el 30 a.C.

Arte Helenístico

En este periodo las artes se encontraron al servicio del estado, aunque también fueron expresión del poder económico de la clase social acomodada, e incluso la cultura y las llamadas artes menores se hicieron en serie o fueron industrializadas.

Urbanismo y Arquitectura

En las ciudades griegas se desarrollaron los principios de un urbanismo de trazo retcular con calles dispuestas perpendicularmente constituyendo la llamada “Ciudad Hipodámica”, concebida por Hipódamo de Mileto, en donde predominaron los santuarios, los edificios públicos, las salas de asamblea, los pórticos, los palacios, los teatros.

Siguiendo el trazo de la ciudad de Alejandría, toda ciudad helenística debía estar constituida por el muelle de Heptastadio y la torre del faro, en el caso de las ciudades costeras, y por un museo, una biblioteca y un palacio real. En las edificaciones urbanas dominan los propileos, usados también como accesos a los santuarios, pero sobre todo como entrada a plazas; junto a ellos se usan pórticos, ya sea para circundar las mismas plazas, de modo independiente para el paseo o para ofrecer un resguardo a los mercaderes.

Entre los edificios públicos alcanzan gran importancia el bouleuterión y el ecclesiasterios, donde se celebraban las asambleas municipales y las reuniones del Consejo.

Los distintos órdenes arquitectónicos de columnas que antes se utilizaban en Grecia, se contaminan o se mezclan al utilizar en un mismo edificio dos tipos distintos de columnas. El orden dórico casi no se emplea ya en los templos, sino sólo muy escasamente en las tumbas y pórticos. Ahora tiene un equino de perfil recto, un fuste acanalado sólo en la parte alta, mientras que la parte baja permanece lisa. Los únicos templos dóricos del periodo son el “Templo de Atenea Pólias”, en Pérgamo, y el “Templo de los Misterios”, de Samotracia. EL orden jónico se hace más simple pero es el más utilizado en el período, sobre todo en propileos y pórticos. Presenta un capitel con las volutas desarrolladas simétricamente en los cuatro lados. Templos jónicos son el “Templo de Artemisa” y el “Templo de Zeus Sosípolis”, en Magnesia, y el “Templo de Dionisos”, en Teos. La columna corintia es poco empleada, pero más que en el periodo anterior, o es usada de modo no convencional, como cuando va unida a un entablamento dórico. A veces los capiteles están adornados con animales, generalmente toros alados situados en el lugar de las volutas angulares. El único templo corintio puro es el “Templo de Zeus Olímpico”, en Atenas.

En este periodo los altares, que antiguamente se extendían en forma de paralelepípedos delante de los templos, se convierten en construcciones independientes. El más famoso de los altares es el “Altar de Zeus”, Pérgamo, levantad sobre la acrópolis por Eumenes II. Tenía planta en U y la fachada estaba dividida en dos secciones; la superior era un pórtico de columnas jónicas y en la parte inferior existía un friso de 130 metros de longitud con relieves.

Hemos de citar algunas obras notables, como el museo y el faro de Alejandría, el “Mausoleo de Halicarnaso” y la “Torre de los Vientos”, localizada en la ciudad de Atenas, que es de planta octagonal con 8 metros de diámetro y 12 metros de alto, orientada a los 4 puntos cardinales, y servía también de cuadrante solar; contenía además un reloj hidráulico en el interior.

En el periodo helenístico, la línea curva se hace cada vez más frecuente en contraste con el carácter rectilíneo de la arquitectura helénica. Las bóvedas y los arcos se utilizan sobre todo para las entradas monumentales de las ciudades, de los recintos sagrados y de las ágoras, que adquieren un carácter triunfal y se cubren de una decoración riquísima.

Escultura

La escultura en esta etapa se deriva directamente de la Griega, que corresponde al siglo IV a.C. y, aunque posteriormente cada escuela elaboró una estatutaria independiente, es en  esta manifestación artística donde se aprecia más la fusión del arte griego con el arte del Medio Oriente. Las escuelas más célebres fueron las de Pérgamo, Asia Menor y Rodas.

¿Te sirvió el contenido del tema? ¿tienes alguna duda o sugerencia? 

Puedes escribir un comentario en la parte de abajo y nosotros con gusto te responderemos. Esperemos que tengas un lindo día. ¡Mucho éxito en tus estudios!