Desde el siglo XII y hasta mediados del siglo XIV, Europa
sufrió una transformación en su vida política, social, económica y cultural que
creó los fundamentos de la llamada Edad Moderna. Al mismo tiempo, en este
momento se cierra un ciclo suyo origen se remonta a la caída del Imperio Romano
de Occidente.
Mientras el sistema feudal iba decayendo y los campesinos
emigraban a las ciudades, el ideal de unidad y hegemonía imperial se iba
desvaneciendo. La iglesia católica, que había sustituido al Imperio Romano de
Occidente en la búsqueda de una Europa unificada, se iba debilitando con el
surgimiento de las monarquías locales que, aliadas a los burgueses, fueron el
antecedente de los actuales Estados Modernos.
La burguesía fue una clase social que se desarrolló durante
los siglos XII y XII a medida que surgían las ciudades y se reanudaba el
comercio. Los burgueses se enriquecieron con los nacientes negocios, las
artesanías y la banca, y se convirtieron en promotores de obras artísticas como
las catedrales y los magníficos vitrales que cubren sus vanos.
En las ciudades europeas surgieron nuevas organizaciones
artesanales y mercantiles que constituyeron los llamados gremios. Estas organizaciones
representaron una de las fuerzas impulsoras más importantes del Gótico, pues a
ella se debe, en parte, la construcción de las grandes catedrales góticas.
A diferencia del sistema feudal, que se encontraba en plena
decadencia, la ciudad ofreció el marco ideal para un nuevo pensamiento que de
cierta manera rechazaba el sentido del mundo, y del ser humano, que la Iglesia
había establecido. El mundo llegó a considerarse poco a poco como una entidad
dinámica, como un sitio real y no como un mero reflejo del mundo perfecto del
Más allá.
El pensamiento filosófico en esta época tiene una nueva
orientación. La fe necesitaba ser iluminada por la razón y el conocimiento y la
experiencia del ser humano debía ser interpretada intelectualmente, en
contraste con la orientación más intuitiva y emocional del Románico. Santo
Tomás de Aquino y sus seguidores escolásticos hallaron la respuesta en el
método dialéctico, y la síntesis de este pensador, como lo plasmó en la Suma Teológica, fue un intento integral
de unificar los artículos de fe cristiana en un sistema racional.
La catedral gótica está concebida como un silogismo lógico,
en donde si una remisa es errónea no se puede llegar a una conclusión válida.
En la construcción gótica, si una bóveda o un contrafuerte no estuvieran en su
lugar y en la debida proporción, toda la estructura habría caído.
En el Gótico los números tienen un significado especial. El
número tres se relaciona con la Santísima Trinidad; el cuatro representa los
elementos de la naturaleza: agua, fuego, tierra y aire; el siete es la suma de
los dos y simboliza el hombre en su esencia divina y en su materia corpórea. El
número sagrado es el tres. Las iglesias son por lo general de tres naces; las
fachadas de las catedrales tienen tres pórticos y tres son los niveles
horizontales en lo que está se divide; en la nave central de la iglesia
ascienden en sentido vertical la arquería, la galería de triforio y los
ventanales altos.
Arte Gótico
Con el nombre de Gótico, el gran historiador italiano del
siglo XVI, Giorgio Vasari, designó al oscuro arte de la Edad Media que se
oponía a la tradición clásica grecorromana. Para Vasari, el Arte Gótico era un
sinónimo de bárbaro y decadente que transgredía el pasado glorioso de la
Antigüedad Clásica. Durante el Romanticismo del siglo XIX, el Gótico adquiere
una nueva connotación, y se convierte en una denominación positiva, al grado de
que surgirá en ese momento un estilo denominado Neogótico.
La época estilística denominada Gótica se extiende desde
mediados del siglo XII hasta comienzos del siglo XVI; abarca, sin embargo, a
distintos países y regiones en momentos cronológicos diversos. Además, en el
transcurso de los siglos, y de país en país, se producen diferenciaciones tan
profundas que el Gótico sólo puede mostrar un elemento homogeneizador: el arco
apuntado u ojival. Es éste el elemento básico de la arquitectura gótica, del
conjunto estructurado, que aparece ahora en lugar de las masas murales del
Románico.
El Arte Gótico es el resultado de llevar el Románico a sus
últimas consecuencias por un verdadero deseo de perfección, promovido por los monjes
de la orden de Cister. El estilo monástico difundido por los cistercienses
constituye la fase previa e inmediatamente anterior a la arquitectura gótica.
Las soluciones y formas artísticas que se habían
desarrollado en Europa desde el siglo XI se unifican entre sí a partir de
mediados del siglo XII en la región central de la Isla de Francia; por tanto,
se puede decir ue el estilo Gótico surgió en Francia y se difundió a todo el
Continente, adaptándose a las características regionales de cada país.
Periodos del Arte
Se pueden señalar tres etapas principales en la evolución de
este estilo:
Gótico temprano (siglos XII y XIII). Se caracteriza por la
robustez y pesadez de las construcciones.
Las influencias francesas predominan en
las catedrales europeas.
Gótico pleno (siglos XIII y XIV). Formas esbeltas, ligeras,
elegantes y de mayor riqueza de ornamentación.
Gótico tardío o flamígero (siglos XV y XVI). Se sobrecarga
la ornamentación en un estilo
filigranado, sumamente decorado.
Arquitectura
La arquitectura gótica también recibe el nombre de ojival
por el arco apuntado característico de este estilo. Este tipo de arquitectura contiene notables
innovaciones en la técnica constructiva, como las bóvedas de crucería y los contrafuertes
y arbotantes, que, como apoyos exteriores separados del cuerpo del edificio,
permiten naves mico más amplias y elevadas, y columnas más delgadas, a la vez
que facilitan la perforación de grandes ventanales que serán cubiertos con
vitrales multicolores.
Tradicionalmente, se considera que el primer monumento
gótico es la “abadía de Saint-Denis) en el norte de Francia (Normandía),
constituyendo una evolución del románico. En esta construcción ya se muestran
las características formales que son distintivas del estilo gótico.
La forma más representativa del estilo gótico en la
arquitectura lo constituye la Catedral. En relación inmediata con este edificio
surgen las artes plásticas e influyen también en las formas de la arquitectura
civil, tanto doméstica como oficial o pública, que adquiere dese ahora una
creciente importancia.
Las formas que caracterizan las obras de la arquitectura
gótica en Francia son:
El arco ojival. Las puertas y ventanas lucen el arco
apuntado, logrando el diseño por dos tramos de circunferencia de distintos
centros y cruzados en la parte superior. A este arco se le conoce como ojival,
y por extensión al estilo gótico también lo conoce con ese nombre. Aparte del
arco ojival o apuntado, en el siglo XV aparece también el conopial y el
conopial doble, así como el mixtilíneo y el carpanel.
La columna. Muy alta, como sujeta a una incontenible fuerza
ascendente, Puede estar aislada o agrupada en haces y arranca de bases
geométricas, enriquecidas plásticamente con adornos y figuras, y remata en
capiteles multiformes.
Cornisas. Según las épocas, las cornisas pueden presentar
aplicación de festones y largas guirnaldas de hojas.
Las gárgolas. El desagüe de la lluvia caída sobre los techos
se realiza por medio de canales dotados de vertederos que la alejan de los
muros del edificio. Tales vertederos, denominados gárgolas, se prestan a la
representación escultórica de las más diversas y extrañas figuras, algunas
grotescas, de marcada fuerza decorativa y reveladoras de la particular fantasía
de sus autores.
Los rosetones. Son grandes aberturas circulares internas en
las fachadas a media altura, y cubiertas con vitrales de colores parecidos a
los ventanales de las fachadas laterales.
Los tímpanos. Presentan formas geométricas que evocan a los
frontones de los templos griegos; estos tímpanos, con arco apuntado, enmarcan
las portadas y descansan sobre el dintel de la puerta, la cual tienen una columnilla
o parte luz en medio del vano y a los lados se localizan las jambas. El tímpano
encierra en su superficie una gran cantidad de relieves escultóricos con
temática religiosa. En torno a este elemento se desarrollan los archivoltas,
que son repeticiones escalonadas del arco apuntado del tímpano.
Las torres. En una arquitectura como la gótica, en la que
predomina la línea vertical, las torres clocadas a ambos lados de la fachada
principal desempeñaron un papel preponderante, pues eran los elementos de
remate vertical al ser coronadas con altas flechas o agujas.
La torrecilla o torre linterna. Surgiendo por encima del crucero,
estas elegantes y delgadas torrecillas, terminadas en una flecha que remata en
el signo de la cruz, se destacan en el exterior de las catedrales.
Los ventanales. Los ventanales constituyen el soporte arquitectónico
de los vitrales. En ellos se ilustra la vida de los santos o episodios de las
Sagradas escrituras. La luz penetra en el interior de la catedral creando una
atmósfera casi sobrenatural. El diseño de los ventanales recibe el nombre de
tracería.
Los contrafuertes y arbotantes. Los contrafuertes son
elementos arquitectónicos colocados en el exterior de los muros laterales de la
catedral y destinados a sostener y equilibrar los empujes de las bóvedas. Los
pináculos son agujas verticales colocadas sobre los contrafuertes, con el
propósito de darles mayor peso y estabilidad a éstos. Los arbotantes son arcos
proyectados desde los contrafuertes exteriores hasta los muros de la nave
mayor, para apuntarlos y aligerar el peso de las bóvedas.
Descripción interior de una catedral
La catedral gótica puede ser de una, tres o cinco naves cubiertas
de bóvedas de crucería, reforzadas por nervaduras que se unen en el centro de
la bóveda con una roseta decorativa. Existe una nave transversal llamado transepto
que da origen al espacio central del crucero.
La nave central, sumamente elevada, tiene tres niveles
ascendentes formados por la arquería inferior, la galería de triforio y los
ventanales altos cubiertos con vitrales que permiten iluminar la nave central
con una luz policroma. Las naves laterales son las bajas; pueden presentar uno
o dos niveles y generalmente son más oscuras que la nave central.
Detrás del altar, en la parte del ábside, podemos localizar
un pasillo circundante llamado girola que comunica a las capillas absidiales.
Descripción exterior de una catedral
La fachada de la catedral tiene res pórticos que
corresponden a las tres naves que se desarrollan en su interior. Sobre todos
los pórticos laterales se levantan altas torres que terminan en agujas
delgadas, y por encima del pórtico central podemos observar la galería de los
reyes y un enorme vitral circular
llamado rosetón. En cada acceso o puerta encontramos un tímpano con archivoltas
alrededor y una profusión de relieves escultóricos, tanto en estos elementos,
como en las jambas, y el dintel de la puerta.
Las fachadas laterales ostentan portales secundarios en los
extremos de la nace transversal. Estos portales constan de tímpanos con
archivoltas y jambas enmarcando la puerta. También podemos encontrar en las
fachadas laterales los contrafuertes con sus arbotantes y pináculos, y en las
partes más altas, grandes ventanales con rosetones pequeños cubiertos con
vitrales de colores.
En algunas iglesias, sobre la parte del crucero se levantan
agujas muy delgadas que ascienden hacia el cielo, alcanzando considerables
alturas.
Como ya mencionamos, la arquitectura gótica que surge en
Francia y se difunde por toda Europa muestra características particulares en
las distintas regiones, dependiendo de las influencias existentes y principalmente
de los materiales.
Escultura
Igual que la arquitectura, tiene su nacimiento hacia fines
del siglo XII en el norte de Francia, alcanza su apogeo en el siglo XIII, pero
abarca hasta el XVI. Sus principales características son la búsqueda del
naturalismo y la humanización del mundo divino dentro de la época. Podemos
distinguir algunas etapas:
El siglo XII constituye su fase de apogeo, en una primera
mitad con cierto clasicismo y un segundo periodo de mayor realismo y efectos
pictóricos, con tendencia a lo narrativo, e inicio de las características sonrisas.
En la segunda mitad del siglo XII se produce una corriente de influencia
borgoña que tiende a un gran realismo y cultiva el retrato, al tiempo que las
figuras se llenan de pliegues y se imprime también gran patetismo.
La escultura gótica se halla totalmente subordinada a la
arquitectura y se crea prácticamente por entero en función de ésta, aunque
existen algunas obras escultóricas de figuras exentas. Al igual que en la
arquitectura, también se desarrolla estilo regionales.
Pintura
La pintura gótica se remite mayormente a los vitrales,
códices y retablos. Desde mediados del siglo XIV existe una corriente de fuerte
influencia francesa (escuela franco-gótica) que perdura incluso hasta el siglo
XV. En ellas aparecen temas inspirados en miniaturas y vidrierías, con fondo
paisajístico. A mediados del siglo XIV surge con gran fuerza la pintura
italiana a través de la escuela de Siena con Duccio de Buoninsegna, Simone
Martini y Giotto di Bindone, que se expande por gran parte de Europa. A fines
de este mismo siglo pasa el predominio a Flandes y norte de Francia –estilo gótico
internacional-, con algunas reminiscencias estéticas sienesas, siendo sus
mayores características el colorido, un fuerte naturalismo, tendencia a la
caricatura y la aparición de las figuras de los mecenas que patrocinaron la
obra misma.
Durante el periodo gótico, la pintura mural desaparece casi
en todos los países europeos excepto en Italia, donde siguió cultivándose con
éxito. Los pintores de esta época prefieren pintar sobre tablas.
Podemos dividir la pintura gótica en tres grandes regiones:
Italia, Flandes (con el norte de Francia, Borgoña y Alemania) y Península
Ibérica.