Escribe el tema que estas buscando

Arte paleocristiano


Antecedentes históricos

Así como el cristianismo surgió de los numerosos cultos antiguos y de las religiones precedentes, así también los comienzos de su arte se nutren de formas de la Antigüedad tardía grecorromana y del acervo común de los distintos tipos artísticos de la región del Mediterráneo.

Los primeros siglos de creación artística cristiana están precedidos por el signo de la asimilación y transformación de los modelos antiguos en nuevas formas, que más tarde proporcionarán los puntos de partida artísticos esenciales a los países cristianizados de Europa. Según la concepción actual, Roma, Asia Menor, Siria, Palestina y Egipto participaron en el proceso de gestación del arte cristiano, cuyo comienzo se remonta al año 200 d.C., cuando la doctrina cristiana se difundió con rapidez el Imperio Romano, amenazado por la desintegración interna y las invasiones de los grupos denominados “bárbaros”. El arte más primitivo es el arte sepulcral y queda restringido a símbolos y a unas pocas figuras tomadas de Antiguo Testamento, en el que se expresa la esperanza de los creyentes en el más allá.

El reconocimiento del cristianismo por Constantino en el año 313, por el Edicto de Milán, creó las bases legales para un arte cristiano público, y la reorganización centralista del Imperio constituyó su fundamento material.

Si hasta ese momento el culto sólo se realizaba en las casas privadas de los fieles acomodados, ahora se iniciaba en edificaciones monumentales de iglesias, cuya expansión se aceleró por el creciente culto a los mártires. Casi al mismo tiempo la Iglesia comenzó a servirse de las artes figurativas para fines doctrinales. En la iconografía van a sobrevivir muchos temas ceremoniales del arte romano imperial, pero con una connotación simbólica distinta.

En  los siglos IV y V, el avance de los bárbaros condujo a la pérdida de las provincias occidentales, a la conquista de Italita y a la aniquilación del Imperio Romano de Occidente en el año 476. Después de Milán, Ravena se convirtió en la capital política y cultural de Occidente y Roma siguió conservando su vigencia a causa únicamente del poder de la Iglesia. El Oriente, por el contrario, a pesar de sus crisis internas y de la amenaza exterior de persas y germanos, mantuvo la estabilidad gracias a la riqueza y a la capacidad de sus emperadores. La capital oriental, Constantinopla, fundad entre el 324 y el 330 por Contantino, se colocó pronto a la cabeza del Imperio Romano de Oriente como centro político, comercial, espiritual y eclesiástico, sobre todo después de la división del Imperio efectuada por Teodosio en el año 395, en que se coloca por encima todas las ciudades restantes e irradia su cultural a Occidente. En esta época se establecen las bases de toda la evolución iconográfica posterior en la que permanecerá el Oriente (Palestina y Siria)  al lado de Roma. Aparecen extensos ciclos de ilustraciones de la Sagrada Escritura, de los textos apócrifos y de las leyendas de los santos, enlazándose ya en parte con tradiciones judías.

Manifestaciones artísticas

La pintura

En los primeros siglos del cristianismo, los fieles se vieron en la necesidad de ocultarse para practicar la religión, que estaba prohibida por el imperio; así fue como las catacumbas se convirtieron en sitio propicio de reunión. Estas necrópolis eran largas galerías en donde se cavaban nichos para sepultar los cuerpos. Es por ello que los primeros temas del arte cristiano aparecen pintados en los muros de las catacumbas. La gran mayoría de estas obras se encuentran en Roma y fueron realizadas entre los siglos III y V.

Estas pinturas muestran la búsqueda de un nuevo lenguaje plástico que dieron satisfacción a las nuevas necesidades espirituales; en otras palabras, los artistas deseaban expresar en forma clara y sencilla la doctrina, y es así como empezaron a surgir signos y símbolos que posteriormente formarían parte esencial de la iconografía cristiana.

La realidad, la naturaleza, la belleza, la armonía, el refinamiento de la antigüedad clásica fueron abandonados, con el fin de orientar el espíritu hacia Dios, el artista prefirió el simbolismo, de manera que creó una especie de lenguaje sagrado sólo para iniciados. En la imaginería cristiana aparecen el pez, el pan, el cordero, la palma, todos ellos indicadores de verdades ocultas (el pez s el símbolo de Cristo; el pavo real, de la inmortalidad; la paloma, del bautismo, etc.), de tal manera que la imagen tuvo la difícil tarea de dirigir, de guiar el hombre hacia Dios, al punto que detrás de cada imagen estaba oculta la presencia divina.

La Escultura

Se prefiere el relieve a las formas llenas de bulto redondeado, ya que la finalidad principal de la escultura paleocristiana consiste ante todo en la decoración de sarcófagos y de las caras exteriores de dípticos de marfil. La escultura paleocristiana sitúa a la figura ante el fondo, frontalmente casi siempre, en una esfera espacial abstracta, sin profundidad claramente tangible; estas figuras son planas, inorgánicas, definidas principalmente por el contorno. La composición sigue los principios de simetría, alineación rítmica e isocefalia, es decir, una misma altura de cabeza para todas las figuras.

La arquitectura

A diferencia del templo griego o el romano, la iglesia cristiana es a la vez morada de Dios, recinto para el culto y lugar de reunión de la Ecclesia o asamblea. Los diversos actos de culto cristiano exigen la construcción de dependencias y edificios propios. La edificación monumental de iglesias comienza con las fundaciones de Constantino en Roma, Constantinopla y Tierra Santa. La basílica y el edificio central son los dos tipos de edificios de los primeros tiempos de la cristiandad. Las basílicas son de planta rectangular alargada o planta de cruz latina, dividida en naves por hileras de columnas, con ábside semicircular detrás del altar y con una orientación este-oeste.

Las basílicas levantadas en el siglo IV y V fueron: “San Pedro” (el antiguo templo), “San Juan de Letrán”, “San Pablo Extramuros”, “Santa Pudenziana”, “Santa María Maggiore”, todas localizadas en la ciudad de Roma. En Jerusalén se construyó la basílica y la rotonda del “Santo Sepulcro”, y en Belén “la Iglesia de la Natividad”.

Los edificios de planta central (circular, octogonal u ovalada) son: los mausoleos dedicados a conservar los restos mortales de monarcas y nobles, los baptisterios donde se realizaban las ceremonias del bautismo, y las iglesias de mártires. Ejemplo de este tipo de construcciones son: “Santa Constanza” y “Santo Stefano Rotondo”, en Roma.

El mosaico

Es una técnica romano-helenística en la que se incrustan pequeñas piedras de colores o trozos vitriados en mortero húmedo. La técnica del mosaico se empleó en el paleocristiano para recubrir el interior de las cúpulas, los ábsides y los muros de las iglesias, baptisterios y mausoleos. A partir del siglo V el mosaico representa un extenso sistema de decoración interior de las iglesias cristianas: los temas teológicos representativos encuentran lugar en el ábside, el arco del triunfo y la cúpula, y las figuras de los santos, a menudo en varias zonas superpuestas en los muros de la nave central. Al igual que en la pintura catacumbaria, en  los mosaicos se manejan simbolismos propios de la iconografía cristiana.