La pesca en el mar es una actividad milenaria que se
practica de formas muy diferentes. Según el lugar de la mar en que se realiza
la pesca, se distingue: la pesca costera,
litoral o de bajura, paralela a la costa hasta una distancia que delimita
la pesca de altura, pesca de altura, y
la pesca de gran altura, a mar
abierto sin limitación de zona de pesca.
Según la flota pesquera, existen las siguientes
categorías: la flota artesanal, constituida
por embarcaciones menores de 20 trb (toneladas de registro bruto); la flota litoral o costera
de bajura, con barcos de tonelaje entre 20 y 100 trb; la flota de altura, constituida por barcos
de entre 100 y 150 trb; la flota de gran
altura, formada por barcos de tamaño superior a los 250 trb (bacaladeros,
balleneros y grandes congeladores).
Según las artes y/o técnicas de pesca se diferencian: la pesca de superficie, dirigida a la
captura de especies nómadas, que viven en bancos y realizan movimientos
migratorios. La técnica más utilizada es la pesca
de artes de cerco, con redes que se mantienen ayudadas por flotadores. La pesca de fondo se realiza con redes
que llegan a 600 y 700 m de profundidad; se utilizan arrastres laterales o de
popa.
Las artes de cebo utilizan
cordel y anzuelos, como el palangre, volantín y curricán. Las artes menores y el marisqueo a pie se
realizan en embarcaciones de pequeño tamaño, entre 0,5 y 10 rtb, y es una pesca
efectuada en las inmediaciones del litoral.
Localización del
pescado. A pesar de las limitaciones impuestas por la destrucción de
determinados bancos, la pesca en el mar se sigue realizando con regularidad y a
escala mundial. El volumen de capturas crece en una media de 2 a 3 % al año, y
la producción mundial se aproxima actualmente a los 100 millones. Este
crecimiento ha sido muy desigual, según las especies y su localización. La
geografía de pesca evoluciona constantemente, de acuerdo con la renovación y
agotamiento de los caladeros y las restricciones a la pesca indiscriminada y a
la protección de especies.
Aguas frías y
templadas del hemisferio Norte. Históricamente, estas aguas han sido
grandes zonas de pesca, sobre todo en el litoral y en la plataforma
continental, y de ellas se ha llegado a extraer la mitad de los peces
capturados. Las especies principales son: salmón, sardina y arenque. Destacan
las capturas de bacalao en los bancos de Islandia, Terranova y Groenlandia.
Regiones tropicales
cálidas. Son zonas de pesca nuevas. Representan un cuarto de la reproducción
mundial, y son preferidas por el atún.
Regiones templadas
frías del hemisferio sur. Concentran un quinto del total de la pesca. Han
tenido un desarrollo espectacular en determinadas especies, como la merluza y
la sardineta.
Dentro de la geografía de pesca, el océano Índico aún no
ha sido muy explotado. El empleo de grandes redes pelágicas permite aprovechar
nuevos bancos de pescado.
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