La micocultura, cultivo de las setas u hongos, se practica desde hace más de dos siglos con el cultivo del champiñón (Agaricus camprestris), que es muy rico en proteínas y muy pobre en lípidos, y contiene numerosas vitaminas y oligoelementos interesantes desde el punto de vista dietético. Es el primer hongo de cultivo, con una producción mundial que rebasa las 700 000 t.
También se cultivan diversas especies de hongos de los géneros Pleurotus y Volvaria, entre otros, y se han realizado cultivos experimentales de la trufa (Tuber melanosporum), muy apreciada por la gastronomía internacional.
Valor nutritivo. El valor nutritivo de las setas es importante ya que, aunque contienen un 90 % de agua, su materia seca es muy rica en proteínas (la mayoría de ellas, aminoácidos básicos). Son pobres en lípidos y contienen pocos azúcares (glucosa y manitol). Su riqueza en vitaminas, especialmente en las del grupo B (tiamina y riboflavina), y en las sales minerales (fósforo, potasio, hierro y oligoelementos), hace de las setas un alimento poco calórico pero muy equilibrado.
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