El fruto es, según la botánica, un órgano vegetal que
proviene de la evolución de la flor fecundada. Cada fruto contiene una
cubierta, el pericarpio, la carne y una o varias semillas. El fruto comestible
es la fruta. Pero esta primera definición de fruta, tan amplia, tiene que
limitarse con lo que la costumbre u la cultura clasifica como fruta o como
hortaliza. Generalmente la fruta es fruto comestible de sabor dulce y de
especies cultivadas, pero hay frutas ácidas y agrias y frutas de especies
silvestres.
Toda la fruta recogida que se vende en los mercados,
representa más de un centenar de especies y decenas de miles de variedades,
responde a esta definición; sin embargo, existe entre las frutas de una gran
diversidad de formas, colores, consistencias, sabores, orígenes y períodos de
comercialización.
Interés nutritivo. Si
bien la fruta es pobre en proteínas y en grasas, contiene, sin embargo, entre
un 5 % y un 20 % de azúcares: glucosa, fructosa, sacarosa, almidón, pectina y
celulosa. Las frutas frescas constituyen un aporte esencial de potasio
(plátanos), calcio (cítricos y dátiles), magnesio (plátanos, higos, dátiles) y
otros minerales (hierro, cobre). Cuando se consumen frescas aportan al
organismo un conjunto de vitaminas hidrosolubles indispensables, en especial la
vitamina C. Si interés nutritivo es muy parecido al de las hortalizas, y tiene
la ventaja de poderse consumir sin preparación culinaria.
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