La Santa Alianza, nacida del Congreso de Viena, intentó restablecer de nuevo el absolutismo. Por eso, a partir de 1815, la historia de Europa va a ser el choque de los partidos absolutistas con los partidos liberales, fieles a los principios de la Revolución Francesa.
Los absolutistas dominaron de 181 a 1830. A partir de este año empiezan a resurgir los liberales, que se consolidan en la mitad del siglo XIX.
España fue el primer país que estableció un régimen liberal después de Waterloo e impuso una Constitución a Fernando VII. La Santa Alianza acudió en su ayuda y un ejército francés se encargó de aplastar el liberalismo español.
Otra revolución en Nápoles fue aplastada por Austria. Francia fue el primer país que destruyó el absolutismo. Luis XVIII tuvo que seguir una política moderada, pero ya en sus últimos años dejó gobernar a su hermano, partidario de medidas represivas. Éste, con el título de Carlos X, heredó el trono francés. Desató una ola de represiones que ocasionó el movimiento revolucionario de 1830, cuando el pueblo de París se sublevó y proclamó a Luis Felipe de Orleáns como rey de los franceses. Con él desaparecería la Restauración y se iniciaría la monarquía burguesa.
Un mes después Bélgica se separaba de Holanda y se declaraba nación independiente. Los polacos, alentados por los éxitos de los liberales franceses proclamaron su independencia. El Zar ahogó en sangre la insurrección.
También en Alemania e Italia las sociedades liberales secretas provocaron revoluciones, pero fueron fácilmente reprimidas. Las revoluciones de 1830 terminaron con la Santa Alianza.
- El año 1848
En 1848 se inició un gran movimiento en Francia, de carácter electoral. Como consecuencia de la intensa agitación que este movimiento ocasionó, se levantó el pueblo francés. El Rey tuvo que huir a Inglaterra y los promotores de la revolución establecieron la Segunda República francesa.
Inglaterra, después de Waterloo, sufrió una grave crisis política y social, que la puso al borde de la revolución. El sistema electoral inglés sólo garantizaba el poder de los nobles, por lo cual una intensa agitación reformista provocó una reforma en 1832. También se logró la libre importación de cereales, cuya prohibición lesionaba los intereses populares.
Durante el gobierno de la Reina Victoria, Inglaterra alcanzó su máxima prosperidad. Se realizaron nuevas reformas electorales y sus dos grandes ministros, Gladstone, liberal, y Disraeli, conservador, estructuraron el imperio colonial inglés. También durante la era victoriana se presentó la cuestión de Irlanda, que quería reivindicar las tierras que le habían sido arrebatadas por los ingleses. Después de una intensa lucha, los irlandeses también plantearon el derecho de ser electos al Parlamento, cosa permitida únicamente a los anglicanos. También lo lograron.
- La Segunda República francesa
El gobierno provisional surgido de la Revolución de 1848, llamó a elecciones por una Asamblea Constituyente, la cual aprobó una Constitución de carácter republicano y democrático, estableciendo el sufragio universal. Efectuadas las elecciones, salió electo Luis Napoleón Bonaparte, sobrino del gran Emperador, cuyo prestigio aprovechó. Se había distinguido por sus ideas liberales.
Gobernó como presidente hasta el 2 de diciembre de 1851, cuando destruyó la República mediante un golpe de Estado. Encarceló y expulsó a los republicanos y convocó a unas elecciones para que el pueblo francés decidiera si quería que lo siguiera gobernando. Sin oposición de ninguna especie le fue ratificada la autoridad.
El Senado no tardó en convocar a un segundo plebiscito para preguntar si "era o no conveniente restablecer la dignidad imperial en la persona de Luis Napoleón Bonaparte". El plebiscito fue favorable y el 2 de diciembre de 1852 Luis Napoleón fue proclamado Emperador de Francia con el título de Napoleón III.
- El Segundo Impero francés
Napoleón III mantuvo un gobierno absolutista hasta 1860, cuando su política empezó a inclinarse hacia el liberalismo.
Napoleón III intentó dirigir la política europea. Tuvo al comienzo algunos triunfos pero a la larga esto ocasionó su ruina. Intervino en la Guerra de Crimea, 1854-1856, junto con Inglaterra, en favor de Turquía. Los turcos tuvieron que ceder y el Congreso de París puso fin a este conflicto.
Napoleón III ayudó a Víctor Manuel II, jefe de los nacionalistas piamonteses, quien quería realizar la unidad italiana. Ante la actitud amenazadora de Prusia tuvo que retirarse.
En 1860 dio amnistía a los perseguidos políticos y hubo un comienzo de libertad de prensa.
Napoleón III soñaba con la formación de un Estado latino, presidido por él. Esto lo movió a apoyar a Maximiliano de Austria como Emperador de México. Logró imponerlo, pero los liberales mexicanos, comandados por Juárez, mantuvieron una lucha tenaz y lograron que los franceses se retiraran. Vencido Maximiliano fue ejecutado en Querétaro.
Napoleón III quiso compensar este descalabro con su política en Europa. Se dejó enredar diplomáticamente por el astuto canciller prusiano Bismark y le declaró la guerra a este país. Siete semanas después de declarada la guerra, el propio Napoleón tuvo que rendirse el 2 de septiembre de 1870. Bonaparte y su familia han dejado de reinar para siempre en Francia. Y proclamó la República.
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