Italia estaba profundamente dividida. El Congreso de Viena la repartió en siete Estados distintos.
Los italianos empezaron a organizar juntas secretas para lograr la unificación de la Península. En 1830 y 1848 intentaron la unificación siendo derrotados. Uno de los próceres del resurgimiento fue el patriota José Mazzini, quien fundó la sociedad La Joven Italia.
La unificación vino a ser obra de la monarquía . Su protagonistas principales fueron el Rey de Cerdeña Víctor Manuel, su ministro Cavour y José Garibaldi, este último republicano ardiente.
En 1849 asubió al trono de Cerdeña Víctor Manuel II, tolerante en materia religiosa, quien mantuvo una constitución liberal. Tuvo como colaborador a un estadista extraordinario, Camilo Benso, conde de Cavour.
Cavour comprendió que no era posible la unificación sin la expulsión de Austria que intervenía en Italia y sin la ayuda francesa. Logró el apoyo de Napoleón III y hostilizó a los austriacos. Éstos le declararon la guerra. Napoleón ayudó a los sardos y juntos vencieron a los austriacos en Magenta y Solferino. A pesar de las victorias, Francia, inesperadamente se retiró y Cerdeña tuvo que firmar la paz de Zurich en 1859. Por ella Lombardía pasó a formar parte de Cerdeña, mientras Francia se quedaba con Niza y Saboya: Austria conservó Venecia.
El proceso unificador continuó. Parma, Módena y Toscana se incorporaron a Cerdeña. En el reino de las dos Sicilias estalló una insurrección nacionalista apoyada por las fuerzas del general José Garibaldi, quien había organizado mil voluntarios con camisas rojas. Sus tropas entraron triunfalmente en Nápoles. Allí se encontró con el Rey Víctor Manuel, a quien saludó como Rey de Italia. Para 1860 sólo Venecia estaba en poder de Austria.
- El Reino de Italia
El 14 de mayo de 1861 se proclamó el Reino de Italia y fue su primer rey Víctor Manuel. Venecia y Roma quedaban fuera del nuevo reino.
En 1866 Italia se alió a Prusia contra Austria y logró recuperar a Venecia.
Víctor Manuel se había comprometido con Napoleón III a mantener el dominio temporal del Papa sobre Roma. En 1870 cuando estalló la guerra francoprusiana, Napoleón se vió obligado a retirar las tropas que garantizaban en Roma el poder papal. Esto fue aprovechado por Víctor Manuel, quien anexó Roma al Reino de Italia y la declaró capital del Reino. Dictó inmediatamente una Ley de Garantías reconociendo al Papa como monarca espiritual y declaraba inviolables la persona del Sumo Pontífice y los palacios del Vaticano, Letrán y Villa Castel Gandolfo.
El Papa Pío IX y sus sucesores se encerraron en el Palacio del Vaticano voluntariamente y se declararon prisioneros del Estado italiano. Esta situación duró hasta 1929, cuando el Tratado de San Juan de Letrán puso fin a este conflicto. Por dicho Tratado fue reconocido el Papa como Señor Temporal del Vaticano, con derechos de Estado independiente y se le indemnizó con mil setecientos cuarenta millones de liras.
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