Una nueva esperanza para el país, otro por constituirlo o un
ensayo más por crear el Estado mexicano, son diferentes puntos de vista. En 36
años de vida independiente, México había tenido ya la Constitución de 1824 y la
Constitución de 1936, además de las Bases Orgánicas que reforzaron esta última.
Ahora después del movimiento revolucionario de Ayutla y derrocado el gobierno
dictatorial de Antonio López de Santa Anna, personaje protagónico de la
política nacional durante dos décadas y media, los liberales se propusieron
crear una Constitución acorde al liberalismo del entorno mundial; habían
logrado mayor madurez política aquellos jóvenes que se dieron cuenta de la
reforma de 1833, ahora con mayor seguridad y experiencia, se disponían a dar
forma a un Estado moderno en su tiempo; aprovechando que el terreno era muy
diferente al de aquella época, ya que los conservadores respaldados por el
clero no habían sido capaces de mejorar las condiciones del país ni defender su
territorio y las ideas liberales se habían extendido ante un suelo más
propicio.
En medio de una aguda crisis política resultado de Ayutla,
se instaló el Congreso Constituyente en febrero de 1856, en un salón de Palacio
Nacional de la Ciudad de México, con el dominio de los liberales moderados,
quienes proponían cambios paulatinos para no desestabilizar bruscamente al
país, y liberales puros o radicales defensores de cambios inmediatos ente
quienes destacaron Melchor Ocampo, Valentín Gómez Farías, Ignacio Ramírez,
Francisco Zarco y otros. Al iniciar las sesiones había grandes esperanzas de
que México lograra la estabilidad y el progreso.
Después de casi un año de alegatos (intervenciones de los
constituyentes) ante la incertidumbre de los sectores sociales privilegiados y
la esperanza de mejorar las condiciones de vida del pueblo, sale a la luz
pública el nuevo orden legal constitucionalista. El 5 de febrero de 1857 fue
jurada, primero por los representantes que integraron el Congreso y después por
el presidente de México Ignacio Comonfort. Valentín Gómez Farías presidió el
acto de la proclamación arrodillado delante del evangelio cien diputados
puestos en pie presentaron el juramento al unísono y el volumen fue depositado
en manos de Comonfort, quien juró conservarla.
Ignacio Comonfort |
La reacción no se hizo esperar, el epicentro del descontento
fue en Zacapoaxtla, donde azuzados por el cura del lugar, Francisco Ortega
García, desconocieron al gobierno de Ignacio Comonfort y al Plan de Ayutla,
declararon vigentes las Bases Constitucionales de 1843, se formó un cuerpo de
tropa llamada Legión Sagrada pronunciando el grito de Religión y fueros, tomaron la ciudad de Puebla; el presidente de
México salió personalmente a combatirla.
Los ánimos se encendieron cuando apareció y se difundió el
Plan de Tacubaya, en diciembre de 1857, encabezado por el general Félix
Zuloaga, desconociendo la Constitución y el gobierno; hubo dos Méxicos en un
solo pueblo; gobierno y estados de la República tomaron partido, unos a favor
de la Constitución y otros en contra, desatándose una guerra civil que duró
tres años, nuestro país apenas se estaba recuperando del movimiento
revolucionario de Ayutla y ahora se vio afectado por el nuevo conflicto interno.
¿Te sirvió el contenido del tema? ¿tienes alguna duda o sugerencia?
Puedes escribir un comentario en la parte de abajo y nosotros con gusto te responderemos. Esperemos que tengas un lindo día. ¡Mucho éxito en tus estudios!