El fin de la Primera Guerra Mundial, el mundo de la gran
tregua y el fin de la otra conflagración marcaron el derrotero por que había de
transitar la humanidad en la recta final del siglo XX. La violencia desplegada
en esa primera mitad de esa centuria permitió el surgimiento de dos
superpotencias que establecieron órbitas imperialistas y se entrometieron en
los asuntos internos de las naciones que iniciaban su vida como estados
independientes pero que se encontraron en el dilema de aceptar el apoyo del plan
Marshall o Molotov y convertirse en una nación socialista o capitalista; prueba
de esto es la guerra de Vietnam, de Corea, los movimientos de liberación en
África, en Asía y en Latinoamérica, que niega toda posibilidad de la no
intervención y libre autodeterminación de los pueblos acordada en la Carta de
Atlántico por Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill.
La segunda contienda bélica determinó la división del mundo
en dos espacios de poder: la consolidación del capitalismo norteamericano y la
integración de los países socialistas en Europa del este; cada una de ellas con
características y problemáticas particulares. En el capitalismo se dio el
crecimiento del imperialismo de Estados Unidos, el debilitamiento de Francia e
Inglaterra, el expansionismo de las inversiones europeas de capital, la
intromisión del gobierno de Washington en los asuntos internos de las naciones,
los problemas raciales que se vivían en su propio territorio, el rechazo a la
violencia que ejercía en contra del pueblo vietnamita y las protestas diarias
de la población civil que llegó a tener rasgos de resistencia civil como la del
campeón mundial de boxeo Casius Clay que se negó a prestar servicio militar y
prefirió cambiarse de nacionalidad y el nombre mismo.
Casius Clay |
La muerte de Martin Luther King ocurrida en la ciudad
norteamericana de Memphis el 4 de abril de 1968 y llevó a su esposa a expresar
¿cuántos hombres más deben morir antes de que podamos tener una sociedad de
verdad pacífica? ¿Cuántos años más deben transcurrir?
Este acontecimiento marcó el fin de la primera etapa en la
lucha contra la segregación racial en los Estados Unidos y las acciones del ku
klux klan que trataban de impedir medidas integracionistas en este país. Una de
las primeras acciones inició en febrero de 1960 cuando se realizó una peculiar
manifestación en Greensboro, Carolina del Sur, donde seis jóvenes negros
entraron a la cafetería de Woolworth, reservada para los blancos y
permanecieron ahí todo el día sin que los atendieran; a este movimiento se les
conoció como las sentadas y que
concluyeron cuando en Nashville pudieron comer juntos blancos y negros.
Martin Luther King |
Al recurrir a medios no violentos para propiciar el cambio,
los estudiantes seguían las enseñanzas del Martin Luther King, líder del
movimiento por los derechos civiles.
Tras de la cortina de hierro las cosas no eran mejores: la
herencia estaliniana consolidó la dictadura del partido comunista en todos los
países satélites que integraban el espacio hegemónico de la URSS, el
estacionamiento del ejército rojo en Checoslovaquia, Yugoslavia, Hungría,
Polonia, Austria, Rumania, la división de Alemania en Oriental y Occidental
fueron síntomas inequívocos de flagrantes violaciones a los derechos humanos.
En Checoslovaquia se realizó la entrada de 600 000 soldados
del pacto de Varsovia que tenían como única misión terminar con el experimento
de las democracias populares de influencia soviética: el intento de conciliar
las mejoras sociales con la libertad. Fue el inicio del cisma comunista y punto
de arranque de lo que hoy se conoce como eurocomunismo.
La parte sensible de la sociedad para tener conciencia de
las violaciones a los Derechos Humanos y de la concentración de la riqueza en
manos de una burguesía transnacional era el sector estudiantil que en realidad
hasta los años sesenta no resultó innegable que los estudiantes se habían
convertido, tanto a nivel político como social, en una fuerza mucho más
importante que nunca, pues en 1968 las revueltas del radicalismo estudiantil
hablaron más fuerte que las estadísticas, aunque a éstas ya no fuera posible
ignorarlas. Entre 1960 y 1980 en Europa, lo típico fue que el número de
estudiantes se triplicase o cuadruplicase.
Durante el mes de mayo de 1968 las manifestaciones
estudiantiles dominaron París protestando por el rechazo total de una sociedad,
cuya meta única era el incremento incesante del consumo, sin otro valor que la
multiplicación frenética de la productividad para aumentar ininterrumpidamente
los beneficios. Y se volvió la mirada a otros mundos, al llamado tercero donde
se estaban librando batallas decisivas para los pueblos comprometidos y para el
futuro de toda la humanidad: la revolución Cubana, la guerra de Vietnam, la
lucha de liberación del pueblo Argelino, la revolución cultural China, la
tragedia Palestina, el Socialismo nuevo en Checoslovaquia.
En Latinoamérica, los trabajos de Liebman, Walker y Glazer,
demuestran que entre el 79 y el 95 por
ciento de la población consideraban que solamente el estudio les posibilitaría
un mejor nivel de vida al presentarse la oportunidad de ingresar a la
maquinaria de Estado, ostentar cierto poder y usar la extorsión como una forma
de acumular riqueza.
Debe considerarse que el sector estudiantil formó parte de
la conciencia de clase que pudo darse cuenta de la crisis de las democracias
con la presencia de los partidos comunistas.
El que estas inquietudes se manifestaran en las
universidades, ocasionó la aparición de una contracultura que revolucionó el
arreglo personal en hombres y mujeres dejando que su pelo creciera, al igual que
la barba, la falda se acortó y se rompieron las reglas sociales como la muestra
el arte pop que pinta hamburguesas, cátsup, proponiendo como eje de su
existencia el amor.
En Hight-Ashbury, en San Francisco, un grupo de jóvenes
manifestaban que los valores en que vivían no los hacían felices. La sociedad
los enajenaba y los envolvía en un engranaje del que ellos, como individuos,
sólo eran una pieza más. Su propuesta consistía en una vida basada en el amor a
todas las coas y en presente, sin mirar el futuro. Se hacía llamar flower children y se dedicaban a
realizar trabajo manuales y artesanías, a tomar el sol, a componer música y a
escucharla.
Por su parte la órbita capitalista de la Europa Occidental
discutía las tesis marxistas, leninistas, trotskistas y maoístas que en Francia
provocaban la desaparición de grupos como la Unión de Juventudes Comunistas, el
movimiento del 22 de marzo y del movimiento estudiantil se agruparon en la
Gauche Proletarienne que contó con la simpatía de Jean Sartre y que fundaron el
periódico Liberación logrando la sensibilidad crecidas al calor del mayo de
1968 en donde los estudiantes expresaron sus deseos democráticos en las calles
parisinas y en otras ciudades galas.
La década de los sesenta selló el inicio de la filosofía de
Sartre y el existencialismo que influyen profundamente en los children flower y
los posteriores hippies; surgieron también los del grupo Verde que defienden la
preservación del medio ambiente, el movimiento gay, el feminista y que en este
momento han tenido logros significativos.
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