La historia contemporánea de Japón se inició a mediados del
siglo XIX cuando en 1853 el comodoro norteamericano Matthew C. Perry llegó al
puerto de Yokohama. Con este hecho comenzaba el proceso de apertura y
modernización. Al año siguiente Perry firmó el primer tratado que permitió la
entrada de las potencias occidentales a Japón, los puertos de Shimoda y
Hakodate fueron abiertos a Estados Unidos y después a Francia, Rusia, Holanda y
Gran Bretaña.
Matthew C. Perry |
El desarrollo japonés no se hizo esperar. En 1867 Mutsuhito
ascendió al trono imperial y se nombró Meiji.
Fue un emperador enérgico e inteligente.
Durante la era Meiji se dieron los pasos más importantes para lograr la
transformación del país. Los principios del gobierno de Mutsuhito fueron: la dirección
de la vida política conforme a la voluntad popular, la unión de las distintas
clases sociales en interés de la nación, la libertad para realizar la actividad
que cada ciudadano japonés prefiriera y la asimilación del saber y de las
experiencias de todo el mundo; significaba fusionar lo tradicional con lo
moderno.
Mutsuhito |
El gobierno imperial Meiji se preocupó por la educación, en
1872 emitió una ley que hacía obligatoria la enseñanza primaria para ambos
sexos, además creó numerosos centros docentes. Pronto, Japón llegó a ser uno de
los países del mundo con mayor alfabetismo. Con Mutsuhito se advirtió gran
entusiasmo por el progreso capitalista occidental pero Japón continuó
profundamente unido a su pasado y a sus costumbres. En otro aspecto era común
ver el kimono y las casas de madera y papel, pero también las fábricas y
oficinas que se construían de cemento y hierro y los obreros vestidos de
overol. En general, todo cuanto procedía del extranjero era asimilado por los
japoneses.
El poderío militar
El desarrollo económico de Japón se reflejó también en la
tradición militar. La modernización nipona exigía la expansión territorial. En
1880 los japoneses pusieron los ojos en Corea, que era parte de la china
continental, estableciendo una delegación en Seúl. En 1894 por conflictos
internos en Corea, Japón declaró la guerra a China a la que derrotó haciéndola
firmar el tratado de Shimonoseki en abril de 1895; en el documento China
reconoció la independencia de Corea, cediendo a Japón Formosa, hoy Taiwán, y
también las islas Pescadores.
La guerra ruso-japonesa demostró el desarrollo militar de
Japón. El pretexto fue el derecho que otorgó China a los dos países para
construir un ferrocarril en Manchuria. La contienda inició en febrero de 1904,
las tropas japonesas lograron importantes victorias sobre las tropas rusas en
Puerto Arturo, MuKden y Tsushima. En agosto de 1905 y con la intermediación de
los Estados Unidos, Rusia y Japón acordaron el tratado de Portsmouth y los
nipones lograron el contrato de arrendamiento de la península de Liaotung así
como el ferrocarril de Manchuria. Rusia además tuvo que ceder a Japón el sur de
la isla de Sajalín y Puerto Arturo.
En 1912 murió Mutsuhito y fue entronizado su hijo Yosihito
quien adoptó el nombre de Taisho, que significa gran lealtad. El periodo de Yosihito abarcó de 1912 a 1926 y se
caracterizó por la tendencia industrializadora del archipiélago. En este
reinado Japón participó con la triple Entente en la Primera Guerra Mundial y
saboreó con Estados Unidos, Francia e Inglaterra la derrota de Alemania.
Taisho |
La Primera Guerra Mundial marcó el inicio de una nueva era
para Japón. Gozó de gran prosperidad económica porque la contienda mundial le
benefició en el crecimiento del comercio, fábricas y hombres de negocios. La
primera posguerra ofreció a Japón la oportunidad de demostrar su peso económico
en la política mundial y al mismo tiempo desarrollar al máximo las fuerzas
productivas.
La conferencia de paz de 1919 produjo descontento en Japón,
quien se sintió herido cuando Estados Unidos e Inglaterra rechazaron la
igualdad racial propuesta por los japoneses. Dicho resentimiento lo conservó
Japón para la Segunda Guerra Mundial.
La ascensión de Hirohito como emperador de Japón en 1926, a
la muerte de su padre Yosihito, marcó un hito en la historia de la potencia
asiática. El nuevo soberano adoptó el sobrenombre de Showa, que significa paz
iluminada. A él tocó enfrentar los efectos de la prosperidad del país producto
del desarrollo de la capacidad productiva japonesa que seguía un ritmo
acelerado.
Hirohito |
En 1927 se dio a conocer el informe Tanaka o plan
imperialista de expansión territorial en Asia. El proyecto contemplaba la
conquista de Manchuria en el norte de China, Siberia, India y después
enfrentarse a los Estados Unidos. En 1929 se abandonaba, pero no del todo, el
plan japonés de expansión.
La agresión de Japón contra China continuó en 1931, Aprovechando
la guerra civil que enfrentaban nacionalistas y comunistas chinos liderados por
Chiang Kai Shek y Mao Tse Tung respectivamente, el deseo de independencia de
Manchuria respecto de China y el atentado al ferrocarril de Mukden, los
japoneses invadieron la zona norte de China. La protesta de los chinos no se
hizo esperar ante la Sociedad de Naciones de reconocer el nuevo estado, los
japoneses se retiraron del organismo en 1933. La guerra en Asia había
comenzado.
Japón y Alemania firmaron el pacto Antikomintern en 1936 en
el que acordaron ayudarse recíprocamente y detener el avance de la expansión
comunista soviética en Europa y Asia. En 1937 Italia reconoció y se unió al
pacto. Era evidente: los tres países se oponían a cualquier forma de democracia
y rechazaban abiertamente el comunismo. Los tres estados imperialistas, en
1939, formaron el eje Roma-Berlín-Tokio para participar, con gran idea de
revancha, en la segunda contienda armada mundial.
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