Los señores feudales que tenían la tierra procuraban escapar de la autoridad del rey o del emperador. Los feudos se hicieron hereditarios. El rey se consideraba dueño de las tierras y los señores feudales sólo tenían el goce o beneficio de ellas.
El que otorgaba el feudo recibía el nombre de señor feudal; el que lo recibía era llamado vasallo. En el feudo el señor ejercía todos los poderes: administraba, juzgaba, dictaba leyes. En cambio del goce del feudo el que lo recibía rendía homenaje al rey, juraba fidelidad y se comprometía a servirle en el ejército como soldado, como juez en los pleitos y a enviarle un tributo anual.
- La sociedad feudal
La sociedad feudal se basaba en la desigualdad. Había tres clases muy definidas: la nobleza, el clero y los villanos. Las funciones de cada una de ellas las definió un obispo de la época en estas frases: "La nobleza contribuye con su sangre; el clero con sus plegarias, y los villanos con su trabajo."
- Los señores
La nobleza estaba formada por los señores feudales. Éstos vivían en un castillo que en tiempos de guerra le servía a la población de refugio. Los nobles eran educados de la siguiente manera: a los quince años ya sabían montar a caballo, tirar el arco y la ballesta y todo lo concerniente al arte de la caza, la cetrería. A esta edad iban donde un señor feudal más rico, en calidad de pajes. Allí aprendían el manejo de las armas y a los dieciocho a veinte años eran armados caballeros.
Las ocupaciones primordiales de los señores eran la guerra, los torneos y la caza. La guerra era la ocupación más corriente. Cuando no había guerra se distraían organizando torneos, que eran combates individuales entre dos caballeros.
La caza, más que un placer era una necesidad. Se cazaban jabalíes, osos, ciervos. Después hacían grandes fiestas, las cuales eran amenizadas por juglares y trovadores, que cantaban las hazañas de los caballeros.
La Iglesia en el siglo XII intervino para hacer las costumbres menos rudas y contribuyó a crear la caballería. El joven armado caballero estaba sometido a ciertas reglas: sentimiento del honor, respeto a la mujer, se comprometía a enderezar entuertos y deshacer agravios.
- Los villanos
Recibían este nombre los habitantes de las villas dedicados a la agricultura. Se distinguían de dos clases: los siervos y los campesinos libres. Los siervos no eran dueños de sus personas. Formaban parte de la tierra, por lo cual se les llamaba siervos de la gleba. No podían abandonar la tierra sin consentimiento del señor, lo mismo para contraer matrimonio. Se les podía vender junto con la tierra. Tenían, además, que pagar con la tierra que cultivaban y servir gratis al señor.
Los campesinos libres podían cambiar de lugar, contraer matrimonio, transmitir sus bienes. Sin embargo, estaban obligados al servicio militar y pagarle al señor impuestos en dinero o en especie por el uso de la tierra.
La vida de los villanos era muy dura. A menudo se veían acosados por el hambre y por la peste.
El sistema feudal, desde el punto de vista político inicia su decadencia al comenzar las Cruzadas. Aun cuando desde el punto de vista social y económico en algunos países persiste hasta nuestros días.
El sistema feudal empieza a decaer con el predominio absolutista de los reyes y con la adquisición de libertades por parte de las ciudades.
- Los ciudades libres
La invasión de los bárbaros arruinó numerosas ciudades del Imperio Romano. Es sólo bajo el gobierno del Carlomagno cuando empiezan a renacer. Las ciudades estaban sometidas al régimen feudal y tenían su señor a quien pagaban tributos.
A partir del siglo XI las ciudades empiezan a enriquecerse debido al comercio. Sus habitantes, llamados, burgueses, es decir, habitantes de los burgos, nombres que les daba a las ciudades, enriquecidos por el comercio empezaron a formar ligas para tratar con el señor feudal. Algunos señores, mediante el pago de una cantidad, concedieron cartas o fueros a las ciudades. Éstos eran documentos donde constaban las obligaciones de las ciudades, los impuestos que debían pagar, la tarifa de multas, y no como antes que estaban al arbitrario del señor.
Más tarde, las ciudades conquistaron sus libertades. Algunas por compra, algunas por rebeliones contra los señores feudales, otras por concesión graciosa que les hacía el señor feudal. A menudo las ciudades se aliaban al rey para conseguir sus libertades contra el señor feudal. Las ciudades, al adquirir sus libertades, podían gobernarse a sí mismas constituyendo verdaderas repúblicas. Estas repúblicas recibían el nombre de comunas en el norte, y municipios en España. Se gobernaban por funcionarios llamados regidores y jurados. La casa donde deliberaban recibió el nombre de Ayuntamiento.
Las ciudades llegaron a tener su propio ejército y podían declarar la guerra y firmar la paz. Algunas veces se asociaban las ciudades con objeto de defender sus libertades. Esas ligas se llamaban hermandades. Algunas ligas llegaron a ser tan poderosas que trataron de igual a igual con los reyes. La liga Hanseática en el siglo XV comprendía más de ochenta mil ciudadanos.
- La situación de la Iglesia en la Edad Media
Cuando los bárbaros destruyeron el Imperio Romano la única institución que quedó en pie fue la Iglesia. Ella fue la depositaria de los valores culturales del Imperio y por su influencia sobre los reyezuelos bárbaros hizo menos crueles las costumbres.
La Iglesia conservó en la Edad Media la misma organización que tenía para el fin el del Imperio. El Obispo de Roma recibió el nombre de Papa y fue considerado como primero entre los obispos. Los clérigos eran seculares o regulares. Los primeros vivían en contacto con sus fieles. Los segundos estaban recluidos en conventos o monasterios.
La primera orden monástica fue la de San Benito, fundada el 480 después de Cristo. Se ocupaba de la plegaria, del trabajo, del estudio. Se dice que ellos conservaron la cultura grecolatina. Las órdenes monásticas se difundieron por toda Europa. En el siglo XIII se instituyeron dos nuevas órdenes: la de los Franciscanos, fundada por San Francisco de Asís, y la de los Dominicos, fundada por Santo Domingo de Guzmán.
La Iglesia llegó a tener un gran poder en la Edad Media, pero para ello tuvo que luchar contra el poder de los reyes. Estas luchas se conocieron con el nombre de luchas de las Investiduras.
Investigar significa conceder un beneficio y dar un título o nombrar. En algunos países los príncipes de la Iglesia venían siendo investidos por laicos. La Iglesia prohibió totalmente esta ceremonia que tenía un significado de supeditación. Algunas veces desobedecieron esa prohibición y procedieron a elegir obispos y vender abadías. El caso más relevante fue el de Enrique IV de Alemania, quién debido a esas prácticas fue excomulgado. Estalló la lucha entre los poderes y Enrique IV tuvo que ir humildemente a pedir perdón al Papa.
El Papa tenía una gran arma para someter a los reyes: la excomunión. Mediante ella se les privaba de los sacramentos y se prohibía a los cristianos tener tratos con él. Sus vasallos podían rebelarse y escoger otro rey. Para obtener el perdón tenía que humillarse públicamente, pedir perdón descalzo, vestido de una saya humilde y cubierta la cabeza de ceniza.
Al Estado del señor excomulgado se le aplicaba el entredicho. Esto consistía en cerrar todas las iglesias y suprimir todos los cultos y sacramentos en ese territorio. Estas dos penas causaban pavor.
La Iglesia ejerció una gran influencia. Gracias a ella se estableció la tregua y la paz de Dios. Mediante la tregua quedaba totalmente prohibido luchas los días domingos. Más tarde se extendió a otros días. La Iglesia era un lugar de asilo. Quien se refugiaba en la Iglesia era respetado. Mediante la paz de Dios se prohibía perseguir a los campesinos, a las iglesias, a los clérigos, lo mismo que asolar campos.
El Juicio de Dios u Ordalía era utilizado para impedir las guerras y males mayores. Consistía en diversas pruebas donde se manifestaba la voluntad divina. Un acusado de algún delito podía someterse al Juicio de Dios para demostrar su inocencia; introducía la mano en agua hirviendo y si salía sin quemaduras era señal de inocencia.
La Iglesia creó los primeros hospitales que recibieron el nombre de "Casa de Dios".
Los registros de población fueron llevados por ella. La Iglesia fue la gran educadora de la Edad Media. A su cargo corría la enseñanza. En las escuelas elementales enseñaban de religión en latín, a leer y escribir.
En las escuelas superiores se enseñaba el trivio y el cuadrivio. El trivio comprendía la gramática, la retórica y la dialéctica o lógica. El cuadrivio comprendía la aritmética, geometría, música y astronomía. Estas materias se complementaban con la enseñanza de teología y filosofía.
Santo Tomás, autor de la Suma Teológica, representa toda la ciencia y el saber de la Edad Media.
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